AL PIE DEL VETUSTO ÁRBOL.
cierro mis ojos, y me siento al pie del vetusto árbol,
el que tantas veces, me ha cobijado con sus ramas,
dejándome aspirar el suave aroma,
de sus hojas verdes, y su fruto amargo,
le cuento, mis anhelos rotos, y mis desideratas,
atento me escucha, sin decirme nada,
todo lo transmuta, hacia sus raíces,
navego con el viento, acariciando a la luz divina,
y allá, a lo lejos, escucho repicar campanas,
que guían mis pasos, en mis aciagas madrugadas,
su mano me guía, me da su energía,
voy entre el pasto, como levitando,
tomando las mieles, de sus alegrías,
endulzo mi alma, tocando su manto, unida a su sombra,
es mi testigo, mi fiel compañía,
el quita de mí paso, todos los pesares,
sembrando en mi, dicha y alegrías,
regreso al añoso árbol, cansada, aturdida,
escucho el trinar de las aves,
siguen repique y repique, las campanas,
como del pan, que me dan los ángeles,
y bebo del agua, que me ofrecen sus manos.
“Si no sabes, o no puedes llorar, entonces escribe.”
Autora Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.
Comentario
Árbol testigo de vida... Felicidades por tu bello poema.
Saludos y bendiciones!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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