Madre mía; madre engarzada entre dos luceros intactos,
te marchaste hace un año cerrando tu existencia
en medio de un silencio, que la vida y sus arteros
golpes nos propinaron, pero no se llevaron tu esencia
Te palpitamos desde el cielo Elvita, madrecita hermosa
convertida ahora en una angelita celestial amorosa,
que nos abrazas y nos pides siempre esa hermandad,
a la cual acudiste enseñándonos con tu clásica bondad
Sin tu presencia todo es tan diferente; ya nada es igual,
y aunque todo ha permanecido intacto, el manantial
por donde fluía la alegría y la algarabía es un anochecer,
repleto de penumbras con tintes de un gris fenecer
Dime madre ...¿Qué debemos hacer para consolarnos?
si este año transcurrido ha sido vivir el más cruel infierno
instalado en cada corazón; ya ven mamita a cuidarnos,
como siempre hasta donde los tiempos sean eternos
Contigo en el cielo, te prometo que ya no temo el momento
cuando se cierre la última página, si será la iniciación
de mi peregrinaje para volver a abrazarte loco de contento,
y decirte bendíceme que la infinidad sea pura abnegación
Nelson
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