El origen del río Iñaté-Talá.

 

Y en ese tiempo, el río Iñaté-Talá (y se llama Talá), era un río corto, en la Tierra de Sáqta, y desaguaba en el Mar-Pantano, en los distritos de los pantanitas.

Pero cuando Qad’ta’á secó el Mar-Pantano, y apareció el País-Chaqueño; el Nogüét decidió estirar el río Talá.

Y los taquitas (y eran los Hijos de Taq, de entre los toba) y los masqói, andaban mariscando en la orilla del río Talá.

Ellos encontraron un gran animal bajo la Tierra.

Y este animal tenía forma de Pamaló (Tatú-Carreta); y estaba bajo Tierra, y provocaba el derrumbe del suelo.

Y todo el cuerpo de ese Gran Animal, brillaba como la cara de la mujer-sol.

Y era muy grande, ese Animal, y iba estirando el camino del río Talá, porque desde el distrito de Sáqta, bajaba el río. Y ese Animal lo iba cavando y estirando, mediante el desmoronamiento del suelo, entrando en el país chaqueño (porque el Mar-pantano se había hecho vapor).

Y el Gran Animal iba cavando y desmoronando y formando el camino del río Talá.

Él iba haciendo muy hondo el camino del río, y lo iba cavando por abajo, ese Animal.

Al mediodía, salía de lo hondo de la Tierra, y se acostaba, y descansaba.

Y lo vieron los taquitas y los masqói.

Cuando ese Gran Animal se recostaba contra un lado, cavaba esa orilla del río; y cuando se acostaba del otro costado, cavaba la otra orilla del Talá. Y lo iba haciendo más hondo y más ancho y más largo.

Y en eso, aparecieron unos piguempí que estaban pescando en el Talá, porque estaba lleno de huecos y lagunas, donde se amontonaban los pescados.

Diez piguempí entraron al hueco, para sacar pescado.

Volvieron nueve con mucho pescado, y uno no salió más; porque lo habían matado los Grandes Animales cavadores del Talá.

Él gritó mucho, y los piguempí lo escucharon.

Hablaron, y cuatro decidieron bajar al hueco, con cuchillos, para rescatar a su compañero.

Iban caminando por la orilla, buscando a su compañero; pero el Gran Animal lo tenía muerto, agarrado por el cuello.

Y ese Gran Animal también era Ashiná-Lta’á (el Padre de los Burros), y levantó marejada de agua, y sacó al piguemléq, pero éste ya estaba muerto.

Cuando lo vieron a su compañero muerto, se enojaron mucho los piguempí, contra el Gran Animal, y no le tenían miedo.

Y ese Gran Animal era Ashiná-Lta’á y también Pamaló-Lta’á (el Padre de los Tatú-Carreta), y éste cavaba el cauce (el camino) del río Talá. Y era peligroso, pero no tenía ánimo de matar; porque por donde él va, el Suelo se desmorona y sube el agua.

Vinieron treinta varones, prepararon sus arcos, y salieron a buscar a Pamaló-Lta’á para matarlo.

Tiraron sus flechas, y éstas rebotaron en su cuero.

Tiraron lanzas, y éstas rebotaron también.

Le dieron hacha, y lo lastimaron.

Tardaron unas horas en matarlo con hacha, pero al fin pudieron abollarlo mucho.

Le sacaron el cuero, comieron su carne, pero a los tres días murieron los treinta varones.

Ellos habían estaqueado el cuero de Pamaló-Lta’á, donde le daba el calor de la mujer-sol; pero nunca se secaba.

Pero resulta que el Pamaló-Lta’á que mataron era el macho, y la hembra seguía abajo, y quiso vengarse de los matadores.

Entonces, se dijeron unos pioxonáq: -¡Vamos a hablar con ella, para que no mate a la gente!

Y le dijeron esos pioxonáq a Pamaló-Late’é: -¡No te vengues de nosotros, porque murió tu marido, pero también murieron los treinta matadores de él!

Y como le hablaron los pioxonáq, la hembra se tranquilizó, y decidió no vengarse, y se quedó abajo del Talá.

Los pioxonáq se enteraron que Pamaló-Late’é tenía un hijo y una hija, y le dijeron: -¿Podemos mantenernos en comunicación contigo?

Ellos moran bajo la Tierra, caminan, y desmoronan los suelos. Son los que hacen que se mueva el Debajo de la Tierra, provocando los terremotos.

Los varones se retiraron a sus campamentos.

Los pioxonáq y el oiquiaraxáiq (profeta), comentaron: -Cuando llegue el fin del mundo, estos Grandes Animales van a destruir todo.

Y los Pamaló-Lta’á-pí cavaron los cinco ríos y los siete mares del testimonio.

Y si los Pamaló-Lta’á-pí se pro¬ponen destruirlo todo, en el Tiempo Futuro; Qad’ta’á va a matarlos a todos, con la caída de los huesos de una mujer-estrella.

 

(Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño, Tomo 1, Flavio Dalostto) V

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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