SERENIDAD
Cambié el cemento gris, por verde en rama,
el tedio y el esplín, por placidez;
dejé en la urbe altiva el holograma
vacío del boato y de la fama,
para enlazar la vida y la vejez.
Allí donde la brisa es viento y brama,
donde el dinero pierde validez,
donde el asfalto es verde y es de grama
y te ama el crisantemo, y te ama
el ave, la caléndula y el pez…
Sentado en el portal, cuando amanece,
cercado por el frío en el brumal,
espero allí que el nuevo día empiece,
mirando alguna flor y me enternece
el tímido ulular de un animal.
El alma y el boscaje en sincretismo,
esbozan la verdad y el transcurrir
del hombre que sortea el espejismo,
encuentra que en el fondo, son lo mismo
la tierra y su existencia hasta morir.
KARIM
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