ULTIMA SINFONÍA DE VIDA
Y te supe, cómo no saberlo,
por fuera de los líquenes del bosque
mientras mis letras sobre papiro impresas
volaban en la atmósfera.
Dentro del estanque de nenúfares
un pecho amarillo sorprendía con su canto
la incipiente aurora con escasa luz
arropando el horizonte.
Desde allí, apropiándote de la mañana
teñiste tu orgullo de Garza Mora
detrás de los juncos de la existencia,
mutándote en leyenda.
En el fondo del bosque, las orquídeas
miraban asombradas como irrumpías
su húmeda paz, apenas molestada
por el canto cristalino del arroyo
que a sus pies pasaba.
Supe entonces de tu búsqueda
al mimetizarte constantemente
con las agujas del pino.
Aspirabas su perfume a incienso
para encerrar la mística conquista
de un paso, más allá de tu mente,
manifestada en el sonido leve,
casi susurro, de una voz surgida
desde tu garganta,
modulada a través del paso del aire
cual tenso arco, desgranando
una melodía transmitida celestialmente
por fuera del lìmbo.
Quitándome la pulsera de mi muñeca
te supe merecedora del brilloso oro.
Envuelve con el topacio de tu voz
los sonidos armónicos de una canción.
Esa canción surgida de la nada
para propagarse más allà
de nuestra propia existencia.
Cual cascada esmeraldina de luz
colándose entre las hojas del bosque,
buscabas con el paso de las horas
el perfecto escenario interpretativo
de la última sinfonía de vida.-
* Derechos Resrvados 24/12/2010
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