LA CELEBRACIÓN DEL «DÍA DE LA PAZ»

Pensamos que esta propuesta interprete las aspiraciones de los Pueblos, de sus Gobernantes, de las Entidades internacionales que intentan conservar la Paz en el mundo, de las Instituciones religiosas tan interesadas en promoverla, de los Movimientos culturales, políticos y sociales que hacen de la Paz su ideal, de la Juventud, —en quien es más viva la perspicacia de los nuevos caminos de la civilización, necesariamente orientados hacia un pacífico desarrollo—, de los hombres sabios que ven cuán necesaria sea hoy la Paz y al mismo tiempo cuán amenazada.

La proposición de dedicar a la Paz este 21 de septiembre, querría encontrar la adhesión de todos los amigos de la armonía social, como si fuese iniciativa suya propia, y expresarse en formas diversas, correspondientes al carácter particular de cuantos advierten lo hermosa e importante es la concordia de todas las voces en el mundo, para la exaltación de este primer bien, que es la Paz, en el múltiple concierto de la humanidad moderna.

Los credos religiosos con intención de servicio y de ejemplo, quieren «lanzar la idea», con la esperanza en que alcance no sólo el más amplio asentimiento del mundo civil, sino que tal idea encuentre en todas partes múltiples promotores, hábiles y capaces de expresar en la «Jornada de la Paz», a celebrarse cada año, aquel sincero y fuerte carácter de humanidad consciente y redimida de sus tristes y funestos conflictos bélicos, que sepa dar a la historia del mundo un desarrollo ordenado y civil más feliz.

Decimos Iglesia para referirnos al conjunto de fieles unidos por la misma fe, y que celebran las mismas doctrinas religiosas. Es de resaltar que el término Iglesia, en un principio, se usaba para referirse a la asamblea de ciudadanos para tratar de asuntos políticos.

La Paz se funda subjetivamente sobre un nuevo espíritu que debe animar la convivencia de los Pueblos, una nueva mentalidad acerca del hombre, de sus deberes y sus destinos. Largo camino es aún necesario para hacer universal y activa esta mentalidad; una nueva pedagogía debe educar las nuevas generaciones en el mutuo respeto de las Naciones, en la hermandad de los Pueblos, en la colaboración de las gentes entre sí y también respecto a su progreso y desarrollo. Los organismos internacionales, instituidos para este fin, deben ser sostenidos por todos, mejor conocidos, dotados de autoridad y de medios idóneos para su gran misión. La «Jornada de la Paz» debe hacer honor a estas Instituciones y rodear su trabajo de prestigio, de confianza y de aquel sentido de expectación que debe tener en ellas vigilante el sentido de sus gravísimas responsabilidades y fuerte la conciencia del mandato que se les ha confiado.

Una advertencia hay que recordar. La paz no puede estar basada sobre una falsa retórica de palabras, bien recibidas porque responden a las profundas y genuinas aspiraciones de los hombres, pero que pueden también servir y han servido a veces, por desgracia, para esconder el vacío del verdadero espíritu y de reales intenciones de acuerdo, si no directamente para cubrir sentimientos y acciones de prepotencia o intereses de parte. Ni se puede hablar legítimamente de paz, donde no se reconocen y no se respetan los sólidos fundamentos que la sostienen: la sinceridad, es decir, la justicia y el amor en las relaciones entre los Estados y, en el ámbito de cada una de las Naciones, de los ciudadanos entre sí y con sus gobernantes; la libertad de los individuos y de los pueblos, en todas sus expresiones cívicas, culturales, morales, religiosas; de otro modo no se tendrá la paz —aun cuando la opresión sea capaz de crear un aspecto exterior de orden y de legalidad— sino el brotar continuo e insofocable de revueltas y de guerras.

Es, pues, a la paz verdadera, a la paz justa y equilibrada, en el reconocimiento sincero de los derechos de la persona humana y de la independencia de cada Nación, que invitamos a hombres sabios y fuertes a dedicar esta Jornada.

ALEJO URDANETA.
Caracas / Venezuela

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PAZIFLAC - TERTULIA de María Cristina Azcona – Parte 1

Esta fue la reunión poética PAZIFLAC

17 de septiembre 2020

la organizadora:    María Cristina Azcona 

poetas invitados RAFAEL MÉRIDA Y LUIS ALBERTO AMBROGGIO

hablan de LA POESÍA SOCIAL Y EL ARTE SOCIAL

https://youtu.be/w9czim3ChLU

 

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Mientras el hombre siga utilizando su mente en ambición y poder, tanto en  política como en poder en beneficio de intereses y con ello dejando un tendal de victimas inocentes, hogares destruidos, como así ciudades, por su poder bélico gastando inútilmente fortunas, no tendríamos tanta pobreza y gente pasando hambre, desamparados y a la vez buscando otros horizontes huyendo de si tierra querida, cunado entrará en su mente que ( sembrando semillas de amor, cosechará la Paz ) 

¡Muy bella prosa pacifista, Alejo!

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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