«El Oro Que No Brilla, Pero Sostiene»
Del plomo de mis días fundidos en silencio,
nació algo que nadie ve, pero me sostiene.
No fue luz inmediata, ni milagro repentino.
Fue una alquimia lenta… de resistir.
Hubo momentos en los que todo pesaba:
el cuerpo, la memoria, las preguntas sin respuesta.
Parecía que cada paso era arrastrar
una tristeza que no se podía nombrar.
Y sin embargo, seguí.
No por fuerza, sino por fe.
No por certezas, sino por intuición.
Por esa voz bajita que decía:
“Un día este plomo será oro. Espera.”
No fue un oro brillante.
No vino en forma de premio,
ni de consuelo inmediato.
Fue un oro secreto.
El que vive dentro.
El que aparece cuando te eliges
en medio del derrumbe.
El que no se ve, pero te habita.
El que no da respuestas, pero da raíz.
Hoy sé que ese oro es mío.
No lo heredé.
No lo compré.
Lo forjé con mi silencio,
con mis noches largas,
con cada vez que no me solté
de mí.
Ese oro no adorna, pero abraza.
No reluce, pero calienta.
Ese oro… es mi forma de seguir latiendo.
soñar desde adentro y renacer día a día.
(Escribo Para Que El Silencio No Duela.)
Natuka Navarro – Luna Poetiza
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