Miel de tus labios,

vino de tu cuerpo,

un dulce néctar que embriaga mis sentidos.

Tu boca es el paraíso que anhelo saborear,

 tus besos, el elixir que me hace delirar.

 

En cada encuentro,

en cada roce,

 me embriago de tu esencia

y me pierdo en tu piel.

Eres el néctar prohibido que ansío poseer,

un vino exquisito que quiero beber.

Tus labios,

suaves como pétalos de rosa,

destilan dulzura y pasión desenfrenada.

 

El vino de tu cuerpo corre por mis venas,

incendiando cada célula, desatando llamas.

En cada beso,

 en cada caricia,

 me embriago de la pasión que desbordas.

Eres la dulce miel que endulza mi existencia,

el vino que me inunda y me transporta.

 

Así, entre miel y vino,

nos perdemos,

 dejándonos llevar por el éxtasis del deseo.

Tú y yo,

fusionados en un deleite eterno,

 saboreando el néctar de un amor intenso.

 

Miel de tus labios,

vino de tu cuerpo,

 un elixir divino que me embriaga por completo.

En cada encuentro,

en cada momento,

 me sumerjo en el dulce éxtasis

que tú me has dado,

en lo más eterno.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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