Dedicado a: Justo Agustín Olivier.

Mi Padre.

Yo, crecí entre los árboles
de pequeñas haciendas
propiedad de mi Padre.
Me movía entre las sombras
de sus grandes ramajes
cual helecho en la selva.

Caminé en el follaje
Para palpar las flores
de su verde hojarasca
mirando como espejos
el brillo de sus hojas
me sentía protegido
por aquellos gigantes
de la regia floresta.

Yo, nací entre la hierba
oí crecer sus hojas
el sollozo del tallo
roído por gusanos.

El salto del yerbero
cantando en la gramínea
el eco de la hormiga
la llovizna del alba.

El saludo estridente
del grillo saltamontes
y el brillo de la muerte
en los ojos del pájaro.

Perseguía las estelas
entre huellas plateadas
de guácaras rumiantes
caracolas doradas.

Los árboles lloraban
despidiendo el invierno
la Chicharra lanzaba
su canto de sirena.

Corría entre las flores
del jardín de mi madre
al níveo tabaquero
de campana colgantes.

El nardo, la azucena
la cachupina doble
la flor de la sarrapia
y hojuelas del capacho
que adornaban el patio.

Miraba el universo
en cada gota de agua
en destellos azules
de los ojos del alba.

Entendía los susurros
de la hierba y la grama
descifraba el lenguaje
del canto de las aves.

Perseguía las libélulas
sólo para mirarlas
en el jardín de rosas
volaba el colibrí
de mi Madre aprendí
a ver las mariposas.

Pero nunca matarlas.

© Cástor A. Olivier O.
El hijo del Cisne.
Patrimonio Cultural de Venezuela.

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