Y SU ALMA SE DEBILITO
El alba ya despuntaba,
y su alma se debilitó,
y él con fuerza lo gritó,
que ella allí no estaba,
y siempre la esperaba;
miró las sombras oscuras,
de los árboles de alturas;
no llegó lo más preciado,
se sintió un ser despreciado,
al no tener sus dulzuras.
J. Jesús Ibarra Rodríguez,
México. D. R .
Imagen de Internet.
Comentario
Gracias gentil poeta Crispulo, por visitar mis letras.
Tu comentario es muy bondadoso.
Te envió con afecto un fraternal saludo.
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