Hundido en el atolladero de la angustia
me arropa la sábana gris de la tristeza,
¡Oh! amor acude a mí
y borra de mí este injusto tormento,
el dolor se implanta con angustia en mis musas
y recorre pasmosa el vacante espacio que dejo tu ausencia,
regresa amor que ya mi cuerpo muere de impaciencia
y se apodera de mi una desesperación delirante por tu presencia,
esta noche cuando la luna se encumbre en el cielo
te espero ansioso dentro mis sueños
vuelve y toma mi pasión desesperada en penitencia
y dame de beber de tu aliento que es el sustento perfecto
para transportar mí esencia enamorada hasta el fin de universo.
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