El traje que vestí mañana
no lo ha lavado aún mi lavandera,
no lo ha lavado, no.
Otilia refunfuña en una esquina,
quisiera soñar que está despierta.
El traje que ayer vestiré
no fue lavado por mi lavadora.
Se cansó de dar vueltas sin estrenarse.
Alcánzame las corbatas
que ya nunca usaré.
El traje que habráse percudido en un rincón
ya no tiene el olor del otro, ni del muerto.
Esta camisa vísteme de loco en la cantina,
este triste pantalón no queda ajustado a mi cintura,
solo tiene dos piernas más largas que las mías.
Otilia no comprende, ella ya no trabaja
en este oscuro corredor perdido, ya no puede lavar
ni azular todas mis camisas.
La naftalina redonda
rueda en mi ropero,
Se arrancaron las tablas al olvido.
Ya no vienes a lavar mi tristeza
ni el traje que vestiré mañana
ya lavaste.
De un nuevo libro inédito
Derechos de autor protegidos por ley
Comentario
Gracvias, J. Jesús, un fuerte abrazo
Gracias por compartir este texto que llama a reflexionar.
Felicitaciones escritor Ronald Bonilla. Un fraternal abrazo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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