UNA VERDAD SEPULTADA

[JORGE SERNOQUI]

UNA VERDAD SEPULTADA

A veces como en un sueño

algún viejo canto indio

desde el fondo de la historia

me va mostrando el camino

que habré de recorrer,

buscando en antiguos sitios

esa verdad sepultada,

que se quedó en el olvido.

Dueño de las soledades

las montañas y los ríos

cuentan en viejas leyendas

como fueron convencidos

por demonios enlatados

que con sus palos de fuego

diezmaron al pueblerío

y con una cruz, un libro,

un pequeño crucifijo

les metieron en la sangre

el miedo a un Dios distinto,

y se preguntaba el indio

¿pero si Dios es amor

como pudo consentirlo?.

Les robaron hasta el habla,

violaron a sus mujeres

y en el nombre de un rey

incautaron sus dominios,

se quedaron sin sus dioses

sus costumbres y sus ritos

cercenaron libertades

y el que fue dueño de todo

hasta para cazar

tuvo que pedir permiso.

Se llevaron sus tesoros

con rumbo para la Europa,

cómplice del genocidio

y se quedó para siempre

sin tierras,

esclavo en su propio sitio,

soportando enfermedades

con un silencio dañino

que les sube por la sangre

y a veces suelta en un grito

porque detrás del olvido

quinientos años después

aún siguen empobrecidos.