POEMAS DE CARLOS GARRIDO CHALEN - PERU
31 ago 08 Autor: mis-amigos-poetas
"LA FLOR DE LA CANELA", nada menos compuesta por CHABUCA GRANDA
e interpretada por el TENOR JUAN DIEGO FLORES.
algo digono de verse y manetner en el recuerdo por siempre
VIVA EL PERU.............................TIERRA DE GRANDES!!!!
CARLOS GARRIDO CHALEN, nacido en Tumbes, mi tierra, en el extremo norte del Perú, es sin lugar a dudas uno de los poetas más renombrados de América. La alta calidad de su poesía ha permitido con toda justicia, que la Sociedad de Arte de Bolivia, conformada por prestigiosos intelectuales de este hermano país, lo propongan para el Premio Cervantes que anulmente concede la Real Academia de la Lengua Española a los escritores más brillantes en habla hispana.
Su obra literaria en nuestro país ha merecido innumerables premios y reconocimientos, siendo uno de los más importantes el de haber sido considerado Patrimonio Cultural Vivo de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura, en el año 1997. A la magia de su pluma se suma la grandeza de su corazón, estando siempre presto para acudir a los más necesitados sin poner como condición principal, el interés económico, por ello es aclamado por los humildes, por los ciudadanos comunes y corrientes, entre ellos los poetas en general. En el inmenso corazón de Carlos no tienen cabida la injusticia ni la corrupción, por ello, a pesar de sus grandes dotes poeticas, intelectuales y sociales es marginado por la mayoría de organismos publicos y privados de la región y por minusculos grupos de envidiosos que tratan de empañar su camino incontenible hacia el reconocimiento universal. Día a día, son mas los escritores de America y resto del mundo que se suman al reconocimiento de su obra poética, por ello su nombre figura desde ya en las páginas más brillantes de la literatura universal, situación por la cual los poetas de Tumbes y particularmente el autor de este blog, se siente orgulloso de compartir la alta calidad de su amistad. A través de este blog, doy testimonio de dicho reconocimiento y pongo a vuestra disposición dos de sus poemas. por sus comentarios y aportes les estare muy agradecido
Rodeado por poetas de Tumbes: Alexis Valle, Dios Dado, Hugo Noblecilla, Carlos Garrido, Aura Vega, Alexandra Godos (Piura), Ana Maizondo, Rosa Ramírez, Marco Cabrera, Walter Flores, Félix Moran, integrantes de la Casa del Poeta Peruano - Sede Tumbes.
En el calor de su hogar: Hugo Noblecilla, Carlos Garrido y su esposa Betty, Eduardo Gonzales Viaña (Premio Juan Rulfo 1999), Ricardo Perez Saavedra (historiador tumbesino, Marco Cabrera, Walter Flores (Poetas) y Antonio Puell (Empresario), en una tetulia literaria memorable
Betty (esposa de Carlos) y reconocidas poetas Bella Clara Ventura (Colombia), Susana Roberts (Argentina), Carlos Garrido y José Guillermo Vargas (Presidente de la Casa del Poeta Peruano).
Junto a prestigiosa poeta Wilma Borchers Carrasco (Chile), en mural con su maravilloso poema Confesiones de un Arbol, en la entrada de la Municipalidad Provincial de Tumbes.
CONFESION DE UN SECRETO PARA EL DULZOR QUE EXPIDEN LAS CEREZAS
Yo no soy de esta tierra. Vengo de otra latitud para probar el dulzor que tienen las cerezas. Por eso mi amor es más sincero que el que ofrecen al aire las palomas. He venido desde el mundo del alhelí para ver como los prados se llenan de rocío. Vengo desde la eterna frecuencia del amor para llorar por los que sufren y mañana me iré a caminar otros caminos diferentes. Pero me alegra haber sentido la frescura del amor burlando poco a poco la tristeza. Y hoy digo: ya me puedo morir tranquilo he probado ya el dulzor que me dieron las cerezas de tu boca.
CONFESIONES DE UN ARBOL
Antes de ser un hombre. Yo he sido un árbol bueno sobre cuyas ramas creció por temporadas
La tarde con sus sombras. En aquel entonces tenía mis propios tallos y mis propias raíces y servía de parque a los jilgueros. Y no me molestaba cuando los enamorados encorazonaban mi corteza para cruzar con flechas sus sueños en los míos. Era un àrbol firme. Y nada me importaba más que ver mis frutos venciendo el hambre de los niños; No recogía uvas de los espinos ni higos de los abrojos. Tenia un alma vegetal inmensamente sensitiva. Y eso lo sabian los grillos que orquestaban mis fiestas coloquiales. Era yo árbol para todos. Tronco vegetal callado y majestuoso. Pero sobre mi savia crecieron mis viejas ilusiones y mis iras. Y me elevé al infinito irrigado por el llanto del mismo firmamento y resistí estoico las ingratitudes del clima y sus tertulias. Era yo un árbol con ganas de ser árbol! Mi idioma era el idioma que hablaban en secreto los geranios y yo era para ellos como un hermano grande rodeado de eucaliptos y gardenias.
No sé si he sido un roble o acaso un guayacán de verdes hojas. Sólo sé que cuando yo era un árbol servía de sombrilla a las calandrias. Hube que conocer entonces muchas cosas. Y a veces sentía ganas de levantar mis raíces y echarme a volar con las gaviotas y como era silvestre me atraía la magia de los campos y me gustaba compartir mis soledades con la tarde. No me van a creer, pero yo, antes de convertirme en transeúnte
-siendo un árbol silente y majestuoso- tenía el corazón de un ser humano.
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