UN AMOR AYER, OTRO AMOR HOY.

 

Es un día soleado y camino por la fina y blanca arena, de una hermosa playa, y voy dejando mis huellas marcadas. Siento como los granitos se meten entre mis dedos, haciéndome cosquillas, hasta que llega una ola y se los lleva, lavándome los pies. Miro hacia mar adentro y vuela mi pensamiento con la suave brisa matinal. Retrocedo en el tiempo y recuerdo aquella mujer y su vida por muchos conocida. Se le veía con sus labios rojos, entrecerrando los ojos, inmersa en el dulce sopor del amor. De ese amor que un día llego hasta ella, con sus poderes especiales, desprendiendo cariño y dulzura. Pero vino un momento aciago y una mala bruma opaco el dorado y delicado sentimiento, que hizo sus maletas y se marcho de ella, dejándola con los sentidos desgarrados y anegándola en el pantano del olvido. La acariciaron las sombras de la desesperanza, navegando en un mar de indecisiones, buscando un sentido en la vida, unas veces de subida y otras veces en incierta bajada. Creía escuchar un concierto, cuando solo eran notas de canciones incompletas y perdidas. Las mañanas luminosas se tornaron nebulosas y el sol solo era un débil reflejo en su jardín de rosas. En esas noches eternas lloraba en silencio, en una almohada mojada por sus lágrimas, y  se paraba frente a su ventana, mirando pasar las cosas maravillosas sin poder alcanzarlas. Meditaba sobre aquel barco que esperaba y que nunca llego. De su ilusión de ver la lluvia caer en el desierto y las estrellas brillar en una medianoche nublada. Ver una luna siempre llena, un botón hecho una flor y un capullo mariposa. Del corderito sin dueño, de una abeja equivocada queriendo tomar la miel de una buganvilia plastificada.

Pero llego el bello momento en que una lagrima de otro amor toco a su puerta, y le dijo ¡vida mía! Y se fundió con las de ella, mitigando así los dolores amorosos, le quito la sed  de un beso suave y terso, que cerró la herida que en carne viva tenía .Renació otra vez vibrante el delicado canto del amor. Degusto de nuevo las suntuosas alegrías y los exquisitos cariños, las tórridas pasiones abrieron sus ventanas al amanecer. Se fue su fatiga y regresó el alborozo, volvió el placer y los dulces ensueños. Tornaron las serenatas con las guitarras repletas de canciones, tocando las cuerdas de dos corazones. Ahora podrá dar tanto amor que le sale y le sobra, y no tenerlo que  tirar en el arroyo de la ausencia y la indiferencia, como el agua que nadie toma. Ya mira de la vida la luz del faro salvador en la neblina y ya no le importan las frecuentes visitas al espejo, para buscarse la nueva arruga, una cana, o el brillo opaco de los ojos, todo se ha curado con el amor.

Ella subió al caballo  más veloz y alisó sus crines, guiándolo por delicias y glorias. Recibió las orquídeas de esa tierna mano con emoción, y  la tibia y agradable lluvia cayó en su pelo, dejando a lo lejos el desvelo. Ahora grita de gusto y mira un mundo que alegre gira, llevando aliento y vida.

 

J.JESUS IBARRA RODRIGUEZ.

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Rafael Mérida Cruz-Lascano el septiembre 9, 2011 a las 1:36pm
Excelente cuento me gusto la narraciòn por el tema càndido, romàntico y amorozo.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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