Oklahoma, 1930
"En el corazón de los hombres crecen los frutos
de la ira y se vuelven más y más pesados,
hasta que están listos para su cosecha."
John Steimbeck de "Las uvas de la ira."
Todo era desolación y sequía...
La Tierra
parecía un cráneo
que ostentaba unos alambres,
retorcidos, cual rala cabellera.
Era una superficie calcinada
blanca y enorme,
visible durante todo el extenso día.
Dolientes árboles
de torturados troncos,
muñones agarrotados,
rígidos como un sistema nervioso,
se secaban al aire ardiente.
Sin pudor,
los campos mostraban
un rostro espectral y hambriento,
escuálida garra extendida sin fuerza
por millares de kilómetros...
Disimulado con algunos yuyos*,
se intuía, entre piedras,
un arroyo antes cantarino;
ahora sólo hilo exhausto
de agua clara,
pálido como el paisaje.
Ocasionalmente,
un esquelético animal errante,
se acercaba a beber,
volviendo con gesto vencido
entre matas espinosas.
EL cielo contemplaba,
en mortal abdicación,
el paisaje yermo.
De ese páramo de muerte
avanza con paso cansino,
parodiando una tortuga,
una familia torturada por el hambre
y la desesperanza pero con voluntad férrea.
Ha soñado un destino en el que
concreten sus sueños de una vida mejor,
con trabajo digno con el que puedan
saciar su hambre y disponer de un techo.
Son ahora trabajadores migrantes,
tienen como meta California,
saben de plantaciones de frutales…
Desconocen el “reverso de la moneda”…
Ese presunto paraíso guarda historias de horror…
La explotación de las grandes masas
de trabajadores hambrientos
es una realidad de la que no se habla.
Es el capitalismo despiadado
del Gran País del Norte.
La censura se establece como ley férrea.
Época de la Gran Depresión.
El poder financiero –usurero por naturaleza-
remata las propiedades de forma
despiadada y a precios irrisorios.
Las adquieren los grandes empresarios
ante la desesperación de sus propietarios
originarios que no pueden afrontar sus deudas.
De pequeños propietarios pasan a ser asalariados…
Reflexionan… “Debemos agradecer al cielo
si conseguimos un trabajo aunque se nos explote”.
¡Desconocen cuánta ignominia tendrán que soportar!
Esa familia donde cada uno vive su tragedia
tiene como objetivo mantenerse unida,
lo que a veces no resulta nada fácil.
En su peregrinar buscando oportunidades
se presentan situaciones humanas
de honda compasión.
Su pobreza no está divorciada de sus sentimientos.
En situaciones críticas abren su corazón y…
¡Su compasión se desborda
en forma que conmueve hondamente!
*Yuyos: Palabra de origen quechua que designa cualquier maleza o hierba.
Delia Checa – D. A. R.
Mendoza, Argentina - 2021
Comentario
Te agradezco tus palabras, amigo.
¡Son muy gratas! Un abrazo fraterno.
¡MUY BUENO!
Disfruté tus líneas, poetisa
Abrazotes van....amigaza
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