TERCERA CAÍDA

 

Mi penúltima caída fue en el caño,

atado al cordón que el perrito tiraba

y jaloneaba.

 

Me juntó el obrero de la construcción del frente.

Me juntó como a un trapo devastado,

anciano sin anteojos.

 

Mi primera caída fue a los once,

bajé del autobús y el violín cayó en el mismo caño

de mi infancia, su tapa se abrió

y se mojó su música inservible.

Me dolieron los violines que ahora mi padre

dejó a la venta ante su muerte inhóspita.

No, quizá fue hospitalaria.

 

Mi tercera caída fue tuya en las gradas.

Tal como en el primer poema de este fajo,

con la copa de vino, el vino incólume,

y su base desprendida.

Me dolieron tus rodillas.

 

Ahora caeré en el pozo sin fondo del submundo,

no importa que celebren los poetas

un festival sin abrazos.

 

El ascenso está cerca y no tiene recompensas.

Nunca supe meditar – dijiste-

te dormís.

 

La penúltima caída fue en tus brazos.

Aún sigo cayendo y no quiero levantarme.   

De un nuevo libro inédito

Derechos de autor reservados por ley

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Comentario

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Ronald Bonilla Carvajal el marzo 25, 2023 a las 1:03pm

Gracias, Críspulo, por tu bello mensaje, abrazos

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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