Tempestad.

La brisa trae música a mis oídos,

dama danzante de onírico semblante

de un atardecer rojizo.

 

Aroma seductor que embriaga los sentidos

me hace alucinar con los sueños que duermen

en la creciente razón.

 

No es paso fugaz que atraviese mi mirar,

ha quedado presente la dulce y delirante

fragancia de mujer.

 

Me sorprendes con tus luz alba y brillante,

céfiro danzante erizas mi piel amortajada

en esta tarde fría y gris.

 

¿Es necesidad constante viajar a gran velocidad?

¿Estás consciente que perturbas la floresta

con tu paso audaz?

 

Aroma dulce, hechicero y arrebatador

anuncias la férvida llegada del mágico trovador

de sueños fascinantes.

 

El cielo se rompe, se escucha un tambor,

las trompetas relinchan para seguir su clamor,

se desata lo inesperado.

 

La noche llegó de repente a cubrir el paraíso,

de negrura indulgente se envuelve la tierra,

serena y en paz espera.

 

¡Oh pureza!

¡Oh vertiente celestina!

¡Oh vida eterna vertida de los cielos!

 

Fluyes por mi cuerpo enjugando mis males

y atenazas mis extremos límpidos

cercenando mis ansiedades.

 

 

Cecill Scott.

Vistas: 60

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…