Carlos de Arce,
el abuelo de mi hija,
cuando por campos de Níjar
visitó el cortijo del Fraile
Tal vez preso de la duda
por pura casualidad
¡que más da!
Si fue duda, o aventura
el saber
lo que ocurrió exactamente
en la cruda realidad
que inspiró a Federico
a escribir
“Bodas de Sangre”
Fue tan solo inspiración???
o llevado por rumores
¡¡¡se centró!!!
en aquel triste suceso
de honor, celos o interés,
si!!!…
fue causa de la tragedia
en momentos de locura,
por un amor censurado,
no querido, ni anhelado
¿De los males, quien lo cura?
cierta es la historia, ¡¡¡¡real!!!
…tabú para los presentes,
ausentes …
que ante el trágico suceso
ensordecen los oídos
SENDA© derechos de autor
Barcelona, 1/12/2011
***
Es famoso por el crimen que ocurrió en sus inmediaciones, el llamado "Crimen de Níjar" que tuvo lugar el 22 de julio de 1928 e inspiró la obra de Federico García Lorca titulada Bodas de Sangre. También se basa en los mismos hechos la novela de la escritora Carmen de Burgos titulada Puñal de claveles. En este lugar vivía Francisca Cañadas, la novia del Drama.
CARLOS DE ARCE, REPORTERO LITERARIO
Había nacido en Chantada (Lugo) en febrero de 1932. El autor se instaló pronto en Madrid y luego en Barcelona, para -como tantos otros en estos años- desempeñar todo tipo de actividades alrededor de la escritura. Había colaborado en numerosos diarios (Arriba, Pueblo, El Correo Catalán) y revistas de España y América, siendo secretario de dirección del semanario Sipe y redactor de la revista Rvmbos. Entre sus múltiples actividades, tampoco falta el estreno de una farsa musical, Camino de Leganés (1953), o la fundación de la editorial Seuba, a mediados de los ochenta, donde apareció su reportaje sobre El crimen de Níjar (1998), dedicado a los orígenes de la obra de Lorca “Bodas de sangre”.
Carlos de Arce fue para mí, por encima de cualquier otra consideración, un gran amigo. Fue un escritor valiente, un estudioso de su generación, un novelista audaz, un crítico exigente y un editor atrevido. Con sus virtudes y sus defectos. Que los tuvo, como todo ser humano. Pero, como he escrito, por encima de todas esta cosas, fue un gran amigo. Conté siempre con su apoyo, su confianza y su experiencia. Con su apoyo pude publicar mi estudio y la antología titulada Los Nuevos poetas (seuBa Editorial, 1994).
Muchas fueron las veces que acudí a su despacho de la calle de la Cera, en Barcelona, para charlar sobre poesía y sobre literatura. Para hablar de proyectos y de sueños. Para compartir una cerveza entre los libros que almacenaba en las estanterías de su despacho.
(Carlos de Arce y José Luís García Herrera en el despacho de la calle de la Cera)
Creo que todos aquellos que publicamos en su colección "El juglar y la luna" tenemos un grato y querido recuerdo de Carlos de Arce. Sirva este pequeño recordatorio como humilde homenaje a su memoria. Homenaje que, espero, en un día no muy lejano, reciba por parte de todos los autores que publicamos en Seuba editorial y que, aún hoy, al sostener un libro suyo entre las manos sentimos la emoción de aquella amistad que perdurará en el tiempo.
José Luís García Herrera, de Abrera,
Barcelona. Poeta


 

También cultivó la literatura infantil en libros como La nieta del duque (1958), además de publicar varias novelas, entre otras, La ciudad desierta (1958), Los desgajados (1961), Tribunal de la muerte (1963), Una paloma en la tormenta (1964) o Donde el amor cambia de nombre (1969), la verdad es que sin demasiada fortuna, aunque se contase entre los finalistas de los premios Nadal, Ciudad de Barcelona y Planeta. Quizá la excepción fuera la novela El suburbio de don Tomás, con la que obtuvo el Premio Miguel de Unamuno 1955. De igual modo, en su momento alcanzaron cierta repercusión los numerosos libros que escribiera con el seudónimo de Paul Reader, tales como Exploraciones famosas (1962), Lacras sociales (1967), Biografía de las pasiones (1967), Cárceles famosas (1973) y Biografía de las perversiones (1973), entre los más destacados. Aparte de libros tan diferentes como El insaciable Eros (1971), por el que fue procesado, José Antonio. Biografía (1983), Historia de la Legión española (1984), Los generales de Franco (1984) o ¿Quién es quién en la nobleza española? (1985).

Por si ello fuera poco, Carlos de Arce tuvo tiempo para dedicarse al periodismo literario, cuyo trabajo puede apreciarse en reportajes como Por Europa en autostop (1968), o bien en Escritores españoles (1956-1959) y Grandeza y servidumbre de 20 premios Planeta (1972). Sin embargo, entre quienes nos dedicamos a la historia de la literatura y, en concreto, a la de la narrativa breve, vamos a recordarlo sobre todo -más que como autor de un libro de cuentos, La naranja (1954)- por dos volúmenes de tono periodístico, imprescindibles en la reconstrucción de la historia del género en uno de sus momentos más brillantes del pasado siglo. Me refiero a la antología Cuentistas contemporáneos (1958), en la que -entre otros autores de menos interés- incluyó a Cela, Delibes, Aldecoa, Ferrer-Vidal, Matute, Lauro Olmo y Daniel Sueiro, y al volumen titulado Premios Sésamo. Cuentos (1975), donde se traza la historia de este importante galardón literario, entre cuyos finalistas se contaría el autor, en alguna de sus convocatorias, además de recogerse casi todas las piezas ganadoras.

Por lo visto, su sino fue el de ser un constante finalista de premios literarios, pero en el recuerdo de quienes nos dedicamos a este raro oficio quedarán sus curiosos reportajes, pues sin ellos, hoy sería mucho más difícil reconstruir la historia literaria de nuestra posguerra. Su blog, cuya última entrada data de octubre de 2006, puede seguir consultándose hoy en la red.

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Comentario

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Comentario de SENDA el diciembre 3, 2011 a las 6:19am

WÁLTER Y ROSEMARIE ...GRACIAS

 
Comentario de SENDA el diciembre 2, 2011 a las 1:56am

GRACIAS A TODOS POR VUESTRO COMENTARIO, HA SIDO UN BREVE HOMENAJE A UNA PERSONA QUE COMO TANTAS SIEMPRE QUEDÓ EN LAS PUERTAS.

UN ABRAZO

 

Había nacido en Chantada (Lugo) en febrero de 1932. El autor se instaló pronto en Madrid y luego en Barcelona, para -como tantos otros en estos años- desempeñar todo tipo de actividades alrededor de la escritura. Había colaborado en numerosos diarios (Arriba, Pueblo, El Correo Catalán) y revistas de España y América, siendo secretario de dirección del semanario Sipe y redactor de la revista Rvmbos. Entre sus múltiples actividades, tampoco falta el estreno de una farsa musical, Camino de Leganés (1953), o la fundación de la editorial Seuba, a mediados de los ochenta, donde apareció su reportaje sobre El crimen de Níjar (1998), dedicado a los orígenes de la obra de Lorca Bodas de sangre.

 

También cultivó la literatura infantil en libros como La nieta del duque (1958), además de publicar varias novelas, entre otras, La ciudad desierta (1958), Los desgajados (1961), Tribunal de la muerte (1963), Una paloma en la tormenta (1964) o Donde el amor cambia de nombre (1969), la verdad es que sin demasiada fortuna, aunque se contase entre los finalistas de los premios Nadal, Ciudad de Barcelona y Planeta. Quizá la excepción fuera la novela El suburbio de don Tomás, con la que obtuvo el Premio Miguel de Unamuno 1955. De igual modo, en su momento alcanzaron cierta repercusión los numerosos libros que escribiera con el seudónimo de Paul Reader, tales como Exploraciones famosas (1962), Lacras sociales (1967), Biografía de las pasiones (1967), Cárceles famosas (1973) y Biografía de las perversiones (1973), entre los más destacados. Aparte de libros tan diferentes como El insaciable Eros (1971), por el que fue procesado, José Antonio. Biografía (1983), Historia de la Legión española (1984), Los generales de Franco (1984) o ¿Quién es quién en la nobleza española? (1985).

Por si ello fuera poco, Carlos de Arce tuvo tiempo para dedicarse al periodismo literario, cuyo trabajo puede apreciarse en reportajes como Por Europa en autostop (1968), o bien en Escritores españoles (1956-1959) y Grandeza y servidumbre de 20 premios Planeta (1972). Sin embargo, entre quienes nos dedicamos a la historia de la literatura y, en concreto, a la de la narrativa breve, vamos a recordarlo sobre todo -más que como autor de un libro de cuentos, La naranja (1954)- por dos volúmenes de tono periodístico, imprescindibles en la reconstrucción de la historia del género en uno de sus momentos más brillantes del pasado siglo. Me refiero a la antología Cuentistas contemporáneos (1958), en la que -entre otros autores de menos interés- incluyó a Cela, Delibes, Aldecoa, Ferrer-Vidal, Matute, Lauro Olmo y Daniel Sueiro, y al volumen titulado Premios Sésamo. Cuentos (1975), donde se traza la historia de este importante galardón literario, entre cuyos finalistas se contaría el autor, en alguna de sus convocatorias, además de recogerse casi todas las piezas ganadoras.

Por lo visto, su sino fue el de ser un constante finalista de premios literarios, pero en el recuerdo de quienes nos dedicamos a este raro oficio quedarán sus curiosos reportajes, pues sin ellos, hoy sería mucho más difícil reconstruir la historia literaria de nuestra posguerra. Su blog, cuya última entrada data de octubre de 2006, puede seguir consultándose hoy en la red.

Comentario de SENDA el diciembre 1, 2011 a las 3:06pm

VILMA, NO SE SI HONOR O NO, SOLO SE QUE ELISABETH SE SENTIRÁ MUY FELIZ

GRACIAS POR TU COMENTARIO

UN ABRAZO

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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