Soñaba que era joven
y que te conocía;
soñaba que era un ave
y que te entretenía;
soñaba que te amaba
como tú más querías;
soñaba que besaba
tus manos, tú las mías.

Del entre sueño y sueño
surgió esta poesía,
que sólo Dios y tú
supieron que la haría;
pues, eres tú la reina
que llena mi alegría
y toda mi ilusión
¡te dedico este día!

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