SU ROSTRO SE LE APARECÍA
Su rostro se le aparecía,
ese que lo enternecía,
en la luz de la ventana,
toda la feliz semana,
y al verla el renacía.
En la nube pasajera,
en la corteza del roble,
con su mirada tan noble,
la veía donde quiera,
para su fortuna así era.
Y cuando no la miraba,
ya quería ir a buscarla,
para siempre adorarla;
su bella cara imaginaba,
y él soñaba con besarla.
Si llegaba la pasion,
de tenerla a su lado,
su única gran razón,
lo decía con el corazón,
era estar de ella enamorado.
Lo que le reconfortaba,
es que luego la observaría,
cuando él se levantaba,
y todo allí le sonreiría,
si su faz se reflejaba.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
Derechos reservados. México.
Comentario
Maria Beatriz Vicentelo Cayo
Insigne poeta, mil gracias por recorrer mi pagina.
Celebro que te haya agradado el poema.
Un fraternal abrazo.
Ma. de los Angeles
Ilustre y estimada poeta, gracias por fijar tu vista en mis letras.
Me alegra que te hayan gustado.
Recibe un fraternal abrazo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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