Soy un viento de chirriante silbido
que arranca las puertas
de recintos secretos.
Soy un abismo inconmensurable
que despierta en mí el vértigo
al precipitarme en lo profundo.
Soy el arcón lleno de malicias
y gestos angelicales de un niño
que se resiste al olvido
Soy aquel que abjuró
de todos aquellos guardianes
de lo rígido y estructurado,
mis carcajadas los espantaron
y ello evidenció mi poderío.
Soy aquel que entre
enemigos enhiesto
se yergue y prosigue su marcha…
aunque difícil es mantenerse
imperturbable entre ladridos.
Soy aquel que rechaza lo que fue,
piedra imposible de remover.
Por lo tanto, reniego de la venganza
pues ninguna acción pasada
puede ser aniquilada
-¡eterna inutilidad del castigo!-
Delia Checa
Publicado en Antología Tahiel
Argentina, 2017
Comentario
Muy agradecida, josé Antonio.
Saludos.
Es grato adentrar en la belleza de tus letras y exclamar, gracias he quedado sorprendido.
¡¡Mil gracias, Beto!!
Retribuyo abrazos.
Eres un poetisa que escribe con el corazón, tus sentimientos son tu pluma.
¡¡BELLEZA!!
Abrazotes, amigaza
Muchas gracias, Hugo, por tu grato comentario.
Saludos fraternos.
Agradezco compartir, estimada Delia Pilar, esta preciosa oportunidad de reflexionar acerca de conductas humanas que pueden modificarse para producir efectos realmente favorables a las partes involucradas. Abrazonrisas.
Muy agradecida, Aimée, por tus palabras plenas
de sabiduría y el destacado tan grato.
Y eres un torbellino de versos que nos acaricia el alma y nos conmueve.
Como bien dices la venganza jamás he de ser nuestra escudera, ella envilece y daña en sus miserias.
Haciendo un buen trabajo en nosotros mismos, no necesitaremos vengarnos de nadie incluso en el caso de que nos haya hecho un importante daño.
Debemos ser conscientes de que no podemos controlar cómo actúen los demás, pero sí de cómo sus conductas nos afecten. Al fin y al cabo, somos responsables de nosotros mismos y es a nosotros a quienes tenemos que rendir cuentas.
En definitiva, la venganza provoca un sentimiento negativo que no nos aporta nada positivo ni nos deja avanzar de ninguna forma. Ni en el momento de desearla, ni una vez esta se consuma, no sentiremos más que una falsa sensación de placer momentáneo que no es más que un autoengaño. Así que es mejor olvidarse de ella y centrarse en uno mismo.
Soy aquel que rechaza lo que fue,
piedra imposible de remover.
Por lo tanto, reniego de la venganza
pues ninguna acción pasada
puede ser aniquilada
-¡eterna inutilidad del castigo!-
Me encantó amiga el mensaje que transmites en tus versos.
Gracias por tu compartir.
Muchas gracias, Edith.
La venganza termina volviéndose
contra el que la ejecutó.
Un gran abrazo.
precioso poema que con esa figura literaria consigue hacer sonar el chirrido y es verdad Delia la venganza dejarla mejor a Dios nosotros seguimos siempre para adelante Un beso y me encantó
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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