En un sillón sin respaldo,
se recuesta mi gran pena.
Debajo de un árbol sin hojas,
se cobijan mis congojas.
como carrusel,
si niños,
van caminando,
mis horas.
En la trampa de olvido,
nunca he caído,
por eso se mece mi alma,
entre el recuerdo
y el desvarió.
En una cárcel sin rejas,
vive mi raciocinio recluido,
y en las soledades del alma,
no hay cabida para el olvido.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME