Me quedé sentado,
indagando al cielo
y estrechando
sobre mi cansado pecho,
su antiguo retrato.
Sólo me quedaron delirios,
de lo que fue,
el sublime amor de antaño.
Siento la miel de sus besos
navegando tristes dentro
de mi afligido barco.
Surcan por sus aguas mansas
mis constantes afectos
y se rompen
en el malecón de su nombre
las olas del recuerdo.
Cargo como una penitencia
los juramentos
que alternamos,
porque las marejadas de la vida,
me robaron, las alegrías.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME