Se marchó la blanca estrella

[marco gonzalez]

 

En veloz huida se ha marchado la blanca estrella

dejándome los ojos nublados de tanta pena

y vuelvo a escalar mi soledad entre las sombras,

despliego el espejo interior de mi pasión  

y contemplo a través de mis noches de gloria

su esbelto cuerpo,

soy el fuego que perdió su fulgor

y en una lucha  apremiante

imploro  el dulce combustible

que me proporcionaba su cuerpo de Diosa,

otra vez me hundo bajo la lupa de la soledad

y se convierte mi piel cansada en hoja seca,

 vuelvo a ahogarme en el mar delirante de la soledad

y rompe sus salvajes olas en el malecón

de mis noches frías,

vuelven a aflorar desde mi alma ociosa los nuevos poemas

para  este extranjero aislamiento

que me abre de nuevo las antiguas heridas.