En el tesoro de la vida, dos gemas resplandecen,

la salud y el amor, dones que en el alma se estremecen.

No hay mayor riqueza que estas joyas divinas,

que iluminan el camino con sus luces cristalinas.

 

La salud, como un sol radiante en el cielo,

es un tesoro etéreo, un bien preciado y bello.

En el cuerpo danzarino, en la mente serena,

se encuentra la fortuna que en la salud se encomienda.

 

Los latidos del corazón, un eco de vitalidad,

en la salud se forja una eterna realidad.

En cada aliento, en cada paso que se avanza,

la riqueza de la salud, una danza de bonanza.

 

Y el amor, ese lazo que en el corazón florece,

no hay tesoro más valioso, más puro que parece.

Es un océano infinito, una fuerza que transforma,

una riqueza que en el alma se conforma.

 

La salud y el amor, como un dúo celestial,

tejiendo hilos de dicha en un manto especial.

En el abrazo sincero, en la risa compartida,

se revela la riqueza más auténtica y sentida.

 

En la fragancia del amor, en la salud robusta,

se entrelaza la riqueza que el corazón ajusta.

No es oro ni plata lo que al alma da valor,

sino la salud y el amor, la suprema flor.

 

Así, en el jardín de la vida, que florezcan,

la salud y el amor, tesoros que merecen.

No hay mayor riqueza que en estos se halla,

un patrimonio eterno, que el corazón abra.

 

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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