R U I N A S

R  u  i  n  a  s

"Las ruinas del corazón", de Eric Gamalinda (Filipinas, 1956)


Juana la Loca se casó con el hombre más guapo de España
y ese fue el fin, porque cuando te casas con un hombre
más bello que tú, dicen que se pierde bastante el control
de la situación. ¿Habrá escuchado alguna vez? No. Cuando él estaba fuera
anexando más reinos, ella tenía sueños horribles
de que lo cortaban o lo volaban, o que lo ponían en el potro,
o que dormía con mujeres exóticas. Ella rezaba a los guardianes gemelos
de la Alhambra, Santa Úrsula y Santa Susana, para que lo vuelvan a casa
y le hagan quedarse por siempre. Y ellos contestaron a sus rezos,
y mataron a Felipe el Hermoso a los veintiocho.
Juana la Loca estaba a su lado con dolor, y envolvió
su cuerpo con aceites y lavanda, y lo acostó en un ataúd de plomo,
y construyó una efigie de mármol del joven monarca durmiendo,
y a su lado la figura de ella misma muerta, para que él nunca pensara
que estaba solo. Y mantuvo el cuerpo a su lado, y todos los días
durante los próximos veinte años mientras las fragantes pócimas llenaban las habitaciones,
echaba una ojeada en su ataúd como un chef ojea en su perol
y los recuerdos de su cuerpo joven despertaban su inflexible deseo.
Ella quería poseerlo enteramente, y ya que ni la muerte podía
oponerse a la reina, encontró la manera de fundir muerte y vida
comiéndose un pedazo de Felipe, lenta, amorosamente, hasta que estuvo enteramente
en su ser. Cortó un dedo y masticó la piel fragante,
después rebanó gruesas porciones de sus alguna vez robustas mejillas. Después se comió
una oreja, y después un lado del muslo, luego se abalanzó sobre un ojo,
un riñón, parte del intestino grueso, y los sólidos músculos
del pecho. Luego cortó trozos de su pene
y de sus testículos de piedra y lo lavó todo
con jerez dulce. Entonces decidió que estaba lista para morir.
Pero antes de hacerlo, le pidió a los poetas que registraran estos momentos
en una canción, y a los arquitectos grabar la música en mármol
y que el mármol fuera extraído de las más secretas venas
de la tierra y colocado donde ningún hombre pudiera verlo,
porque ésa es la naturaleza del amor, porque uno camina sólo
por las ruinas del corazón, porque el día fluye hacia la noche,
porque el joven debe dormir con los ojos abiertos,
porque los ángeles tiemblan con tanta belleza,
porque ella extiende sus manos a la lluvia,
porque el recuerdo se mueve en órbitas de ausencia,
más profundo y más radiante que la luz inflexible del dolor.
Eric Gamalinda, incluido en Lo último de Filipinas. Antología poética  (Huerga y Fierro editores, Madrid, 2001, selec. de Jaime B. Rosa, trad. de Ellyde Maestre).
Otros poemas de Eric Gamalinda
Fuerte dolor me causan
estas ruinas en que hemos
dejado lo que era gran amor.
Así habló Juana La Loca
a su amado luego de que
él emprendiera amoríos a destajo...
pero terminó mandándolo matar
y comiendo, poco a poco,
su cuerpo para
devorarlo en sus entrañas.
Terrible, pero real asunto,
es el amor cuando enloquece...

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Comentario

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PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el diciembre 25, 2023 a las 5:44pm

¡Mil gracias querida Norma Cecilia; muy Feliz Navidad para ti y los tuyos!


PLUMA ZAFIRO
Comentario de NORMA CECILIA ACOSTA MANZANARES el diciembre 24, 2023 a las 4:38pm

Gracias por compartir este poema, es una reflexión sobre la mortalidad y la belleza de la vida. La descripción detallada de la muerte es impactante y puede ser perturbadora para algunos lectores. Sin embargo, la poesía es una forma de arte que nos permite explorar temas profundos y complejos de una manera hermosa y conmovedora.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el diciembre 20, 2023 a las 10:42pm

¡Excelente jueves para ti y tu familia, querida Delia Pilar; muchas gracias por el honroso destacado...!


ADMINISTRADOR
Comentario de Delia Pilar el diciembre 20, 2023 a las 4:49pm

Es indudable que estaría muy alterada psíquicamente para llegar a ese extremo. 

Es doloroso tener una pareja tan codiciada, además de una buena dosis de inseguridad

en sí misma, que te lleva a temer permanentemente esa cruel "estocada"

de la infidelidad. ¡Terrible tortura! ¡Muy buen poema, Benja!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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