ROY Y EL AMBAR.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

En aquel pueblo del sureste, vivía Roy, joven de grata presencia y fortaleza a toda prueba.Su pelo ensortijado casi le cubría sus gatunos ojos.

Su casa era de madera como la de toda la gente del lugar.Cerca de ahí estaba un aserradero, por eso se les facilitaba hacer sus hogares de troncos de arboles.Roy trabajaba en esa empresa que talaba los arboles e industrializaba la madera para su venta.

El siempre andaba lleno de polvo,parecía estar empanizado, y solo sus grandes ojos negros y expresivos se podían distinguir entre las gruesas pestañas.Manejaba la sierra y los fragmentos resultantes de la talada se le pegaban en todo el cuerpo.

Pero llego el día en que se le escuchó decir!estoy harto!-me duelen los brazos.-ya estoy cansado.-Me voy a ir de aquí.

Era mayor de edad y sus padres no le discutieron su decisión.Así que partió de ese pueblo maderero, no sin antes escuchar el consejo de sus padres que le decían.-Roy no pases por ese bosque que se ve en la lejanía,es inexplorado y cuentan que han visto luces por la noche como fosforescentes.Hablan también de duendes y de figuras fantasmales que ahí pululan.

Roy escucho en silencio lo que le advirtieron y agarró camino bajo un sol calcinador que casi le cosía el rostro.Pronto experimento la soledad y la sed.Por fortuna encontró agua de lluvia en los huecos de las piedras y así sació su sed.

Después de caminar un buen trecho llego al bosque de arboles milenarios,de elevadas copas y gruesos troncos.

Se detuvo bajo uno de ellos para descansar y comer algo que traía en una bolsa.Se recostó y pronto llegó la noche con su cerrada oscuridad.Un viento frío comenzó a pasar entre las ramas, y le hizo recordar que en su casa el fuerte aire se metía por las ranuras de las puertas y las ventanas.Le tenían que poner trapos para evitar que se colara.Se quedo dormido y muy de mañana lo despertó el canto de los pájaros . Al abrir los ojos lo primero que miró en la corteza del gigantesco árbol bajo el que durmió, fue un liquido viscoso amarillo claro y dorado que escurría hasta la raíz.Roy lo tocó y notó que era adherente.Siguió el trayecto del material con la vista y apreció que se metía hasta la tierra.Por curiosidad escarbó en el sitio en donde se introducía el liquido y encontró que mas hondo era mas solido y de mas bello color.Tomo un trozo transparente y lo examino mirando dentro hojitas de árbol e insectos muy raros que parecían muy antiguos.Le pareció importante el hallazgo, porque nunca lo había visto en su vida tan aislada de la civilización.

Tomo unos fragmentos del material, lo puso en su bolsa y regresó al pueblo para darles la noticia.Los primeros en saberlo fueron los padres que al ver ese material tan bello lo llevaron a un experto en Geología Mineralogía.

Para su sorpresa les dijo el especialista que se trataba del Ámbar, una resina de los arboles que se transforma en millones de años en una estructura solida, transparente y con restos de fósiles dentro.Que se utilizaba para hacer bellos anillos, aretes,collares y pulseras, y que se pensaba favorecía la fortuna y alejaba las malas vibraciones.Algunas personas decían que eran las lagrimas de esos seres vivos llamados arboles, que las guardaban como tesoros bajo la tierra.

Esta noticia causo revuelo en el pequeño poblado, al grado de que varias gentes dejaron el aserradero para ir a buscar el Ámbar bajo las raíces de los arboles y hasta en lugares en donde existieron y que con el tiempo se extinguieron, por fuego o sequía en épocas remotas, pero dejaron la resina fosilizada, la cual hasta en cuevas y túneles de los cerros seria buscada.  El Ámbar finalmente trajo la prosperidad de los hogares,por ser tan apreciado y considerado una joya.

Roy instalo un local en donde vendía y compraba el Ámbar, así dejo de tener que andar todo empanizado.

J.Jesús Ibarra Rodríguez.

D.R.México.2013

 

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

[SENDA]