Que fue del amor aquel, que nos estremecía a cada instante,
sin juntarse tu boca con la mía, sentía tus besos, y tu aliento,
tus ojos brillaban de alegría, y parecía el corazón triunfante,
se desbordaba aquel amor apasionado en nuestro aposento.
Nuestros cuerpos se juntaban, una y otra ves sin mucha prisa,
me dejabas amarte a mi manera con la noche que agoniza,
siempre nuestro encuentro era tan placentero, había risa,
y el tiempo se deslizaba sin sentirlo, arrullados por la brisa.
Llegabas, me mirabas, fundiendo tu cuerpo me abrazabas,
ahora hay un silencio y esta mudo el deseo, y me falta tu risa,
que tus labios mudos, gritaban que me amabas, me deseabas,
y no me siento nadie, cuándo tu corazón se aleja a mucha prisa.
La nostalgia me consume, se desgarra mi corazón que no te tiene,
te fuiste al caer de la tarde, y me dejaste llorando tu partida,
quien puede curar mi alma que no vive, sin tu amor, y se detiene,
y jura que se irá, por los cielos por el mar, como triste ave herida.
Lloro hoy por el ayer perdido, y casi desaparecido,
sufro por tu último adiós, por tus besos, que se han ido,
no tengo la esperanza de recuperar tu olvido ya dormido,
me encuentra la mañana, despierta sin hacer mucho ruido.
Esta será mi última queja, el último suspiro a un amor perdido,
te fuiste cuando yo más te quería, y sufre mi corazón por tu partida,
más que debo yo hacer la noche oscura y triste ya se ha ido,
y quiero enterrar tu triste recuerdo, y recuperar mi vida.
Gladys Alvarado copyright ©2012
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