QUINIENTOS AÑOS DESPUESQUINIENTOS AÑOS DESPUÉS

[JORGE SERNOQUI]

QUINIENTOS AÑOS DESPUÉS

Después de quinientos años

seguimos colonizados,

con un nudo en la garganta

que inútil será gritarlo.

Andamos como perdidos

con el grito a flor de labios,

obedientes y sumisos

a intereses foráneos.

Después de quinientos años

América sigue llorando,

porque no ha parido un hijo

que proteja a sus hermanos;

a su vientre de madre

tantos soles le robaron

que ya no hacen falta guerras

para que siga sangrando.

América es madre india,

de tez cobriza

y piel color durazno,

tejedora de los ríos,

las montañas y los campos;

de antigua sabiduría,

brava estirpe en otros años,

que a fuerza de necesidades

se fue esculpiendo sus rasgos,

el lugar donde nacimos,

la madre tierra de todos

y pocos...

los dueños de su cansancio.

América es esa madre

que espera parir un hijo

que proteja a sus hermanos,

y no se sirva de él

ni lo arroje al desamparo,

donde la desnutrición y el hambre

lo haga vivir de rodillas

para que siga esperando.

América sabe que un día

ha de nacer ese hijo

con el que siempre ha soñado,

que la ha de mirar de frente

y le tomará la mano;

que no bajará los ojos

ante intereses foráneos,

ni ante la injusticia

mirará para otro lado.

Le regalará las rosas

de su sueño americano,

entonces ha de ser feliz

con ese hijo soñado,

y un sol color de esperanza

brillará por todos lados.