POR EL SUELO
A mi mar de soledad,
Vino una barca con ella,
Un tesoro que encontré,
Una joya, una estrella.
Desde esa vez que la vi,
Se marco toda mi vida,
Algo mágico yo sentí,
Por esa mujer divina.
Muy suave y calladito,
Me dijo quiero platicar,
Y yo sentí tan bonito,
Que hasta la quería abrazar.
La luz de sus lindos ojos,
Fue para mí un consuelo,
Se levantaron mis ánimos,
Que andaban por el suelo.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
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