Imantado destino, cuyo tino fue entregarme una pluma
de madera cuando niño, para luego en un pergamino
con tinta como si brotará de mis plasma sanguíneo,
perfeccioné la técnica de un verso y decir soy poeta
Soy de aquellos trovadores que escriben a la noche,
como al día sin saber si es soneto, rima o prosa, pero
de una cosa si estoy seguro y es que lo hago con alma,
vida y corazón en cada una de mis letras versadas
Por los comentarios vertidos, mis conocidos me dicen
que soy un elegido, pero me pregunto por qué; si creo
haber nacido como un cualquiera, aunque luego dudo
y digo sí, porque estoy abducido por la magia y el embrujo
El romance fue mi primer pensamiento verdadero,
la ensoñación se convirtió en un teorema, donde no
se cuando estoy en la tierra o en la nube, donde aprendo
como se hace un poeta que escribe a la vida y al amor
Trajino constantemente como un demente, aprendiendo
nuevos términos literarios para afinar los versos, sólo
por complacer al derroche de crecer, no para parecer
un famoso mucho menos, solo por satisfacción personal
La figura se asemeja al bardo con sabores especiales,
todos coloquiales para elevar la vista y mirar entre
suspiros y abrojos al verdadero poeta, que me inspira
entregándome todo lo que soy y al que yo le llamo Dios
Nelson
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