Poema 6

[marco gonzalez]

Continúo con el hábito  enigmático

de transitar los mismos itinerarios,

que en mis cortas primaveras

solía reconocer  al solo cavilar,

aun tienen las antiguas callejuelas

rizos dorados de tu agraciada melena,

la montaña preserva secretos nuestros

y el agua cristalina del arroyo de nuestra cumbre

aún atesora con devoción la esencia tuya,

el cielo todavía custodia  con estima

el azulado de tus agraciados ojos,

la ciudad termino silente tras  tu despedida,

quizás es el silencio que cargo como un gran peso

en el rincón escondido de mi vida gastada

que me hace fantasear y abrigar tanto sosiego,

desde  el día que te distanciaste perfecta, resplandeciente

todo ha quedado incorrupto esperando tu retorno,

todo, todo mi ser quedó engavetado,

esperando volver a sentir la frescura de tu amor,

y hoy sigo abatido en la misma ciudad aguardando

un rumor, una señal, algo que me cuente que reapareciste,

aunque el tiempo haya transcurrido y a mi cansada travesía

le falte oxigeno, correré como un niño a tu encuentro

y el azul del cielo de nuevo pernotara

entre los  grandes ojos de la soberana de mis sueños.