PECADO
Sí, es a ti a quien miro
con este brillo en los ojos
que guarda la negrura del deseo.
Con esa media luna
que te habla de una cama mullida
bajo el terciopelo de mi espalda.
Los labios entreabiertos
dejan claves en murmullos tibios
y en suaves suspiros percibes
las mil mariposas volándote en tu centro.
Si, es a ti a quien miro de soslayo
Y no tienes fuerzas para seguir el rumbo
sin detenerte a navegar
en mis aguas,
aguas turbias de delirios locos,
atrevidos,
inciertos.
Y te quedas quietecito,
con la certeza de que tarde o temprano
bajará el telón
y en las sombras, te retorcerás agradecido.
Mientras yo regreso a mis rutinas
guardando mi pecado
en un cofre de ébano y espumas.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
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