¿A dónde vamos, con tanta luz en las uñas?
qué será de nuestro mirar:
perdido desde siempre en lontananza:
¿a qué tanto buscar escondrijos?
sólo con voltear al abismo
de nuestras desventuras
ganamos el vértigo
como herencia y destino.
La pobreza viene con nosotros
de la mano de la riqueza
desde la desnudez y el desvarío;
no pocos somos los que crecemos
sin devolverle al destino
sus gritos, sus sollozos,
sus carcajadas, su hambre etérea:
qué le importa al destino,
cuando es pasado,
lo que ocurre con nuestra
mortalidad, flaca mortaja.
Desnudos permanecemos
en este valle de ceniza inacabada.
Testigos de nuestra lenta muerte,
acudimos a inventar
otros paisajes,
algunas veces inexistentes,
para vencer al miedo,
el tantas veces enmascarado
amor por el amor
que es el sueño de la eternidad,
que nunca nos ha sido negada,
pero apenas advertimos.
Comentario
La triste realidad de un mundo donde se ha globalizado la pobreza, sobre todo esa que viene del espíritu.
Tiene su connotación existencial y por supuesto frente a la desigualdad y el deterioro, abre grandes vacíos que condenan a la desesperación desenfrenada de las mayorías condenadas a la pobreza.
Los ricos cada vez más ricos, mientras que la depauperación crece y se multiplica.
Gracias amigo por la connotación de este aporte lleno de humanismo en medio de la adversidad que nos corroe.
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