PARA MI VIEJO LINDO QUE ESTA EN LA ORQUESTA CELESTIAL, DE PRIMER VIOLIN, Y TODOS LOS VIEJOS DEL MUNDO, TODO MI APRECIO Y CARIÑO MARIO VIDES!!!

[MARIO ROLANDO VIDES ALVARADO]

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Como te ven, te tratan

 

 

 

 

Todos deseamos llegar a viejos, y todos negamos que hemos llegado

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo, te invito a recorrer un poco el calendario que todos tenemos en el corazón, yéndonos varios o muchos años atrás.

¿Recuerdas cuando comenzaste a crecer, y a darte cuenta que tu cuerpo cambiaba, que había más fuerza en brazos y piernas, que sentías cada día que tenías más vigor, más energía?, ¿te acuerdas cuando te comenzaste a ver en el espejo y te gustó tu figura?, y tú, vieja querida, ¿recuerdas cuando casi te ruborizaste porque viste en el espejo una figura linda, atractiva, hermosa?

Se dice que la autoestima nace en la infancia y crece constantemente, pero para la mayoría de nosotros creo que la autoestima surge en la adolescencia y primera juventud: conocemos un poco mejor nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros pensamientos, y estamos contentos de ser quienes somos y dedicamos tiempo a cultivar nuestro cuerpo y nuestra mente.

Al paso del tiempo, mis queridos viejos, fuimos moldeando el cuerpo como quisimos, (y en no pocas ocasiones sólo como pudimos), y el impacto que causábamos a la familia, los amigos, los compañeros, era consecuencia de nuestra figura, del aseo que teníamos, el arreglo o los adornos extra, la pulcritud de nuestro vestido, y sobre todo la actitud con la que nos enfrentábamos al mundo.

¿A qué viene todo esto? A que ahora, con el paso de los años, al igual que hace decenios, el impacto que causamos en quienes nos rodean depende de cómo nos vemos, cómo nos arreglamos y cómo actuamos.

Porque puede ser que, al igual que entonces, cuidemos la salud y el aseo de nuestro cuerpo, arrugado, sí, un poco más frágil, sí, pero limpio de la cabeza a los pies, incluyendo el cabello, los dientes, la piel, y destilando optimismo con una sonrisa en los labios; puede ser que no tengamos la ropa de última moda, pero que la ropa sea limpia, que nunca haya “lamparones” de comida o que esté descosida, y, como te conté hace dos semanas, que la forma de caminar, de saludar, de sonreír, muestre tu amor a la vida, tu alegría por tener un día más para compartir con los tuyos.

Desafortunadamente, hay viejos que se “sienten viejos”, y creen que la vejez significa abandono, “dejadez”, como alguien dice, y eso no se vale, porque es cierto que “como te ven, te tratan”, y si te ven desaliñado y descuidado, te tratarán como un individuo en decadencia, ¡y eso no se vale!

Te invito, mi querido viejo, a que revises cómo te ves y cómo te vistes, tal vez la ropa, que siempre deberá estar limpia, necesite un arreglo porque tu cuerpo no es el de antes, una buena costurera hará maravillas para que no te quede ni muy grande ni muy estrecha.

Mírate en el espejo, querido viejo, eres un individuo triunfador, cada día que tenemos es una oportunidad para disfrutar, para crear, para compartir, y tu aseo personal y tu actitud cuentan, y cuentan mucho.

“Como te ven, te tratan”, querido viejo, y mereces que te traten como lo que eres: un maravilloso ejemplo de longevidad bien llevada, muestra de envejecimiento satisfactorio.

Médico y escritor

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      2011-06-04 00:00:00