Ayer, apenas, vi las sombras del patíbulo;
eran verdes, eran rojas, eran blancas,
tricolores eran;
eran como el color de mi bandera...
Ayer, apenas ayer, las vi ondeando sobre mis recuerdos;
eran verdes, eran blancas, eran rojas y fosforecían
como amenazando al horizonte y a mí, en particular...
Las vi ayer apenas, ondeaban tranquilamente sobre la calle,
en las banquetas del pueblo, ondeaban y parecían
enorgullecerse por sus augurios, nefastos en todo caso...
Miradas en mi entorno, las banderas se ondeaban
sobre mi pensamiento, como fantasmas al viento
que corren en retirada, aceleradamente, en pos de algo...
Ayer, siempre ayer, nunca hoy, tampoco mañana;
menos mañana que hoy, ayer siempre,
como un recuerdo que fustiga mi mente,
que le acosa, le cierra el paso,
tiende a inmovilizarle, llenarle de miedo,
de temor, de angustia, de pavor.
Nunca sabré acaso de dónde provienen esos miedos.
Nunca. Tal vez estén sembrados en mi conciencia
desde que era sólo promesa inacabada, inalcanzable.
Vi desde lejos un mañana luminoso.
¿Lo vi o lo soñé? Era sólo un sueño:
pero resultaba tan feliz como una pintura al óleo.
Comentario
La palabra tiene vida propia. Sus colores pueden ser trágicos o apacibles. Al decirlas hemos proclamado un sueño. A este respecto, añado estas ideas que dan tono a tu excelente poema - ensayo. En el ensayo también puede haber poesía.
Cada lengua interpreta el universo, al que comprendemos a través de un prisma. Vico afirmó que “los ingenios están formados por el carácter del lenguaje, no la lengua por el ingenio de los hablantes”. Así como las sociedades y las épocas tienen especificidad propia, en la lengua y hasta en la percepción de los colores, así también la realidad que perciben es distinta: otra filosofía de comprender la vida, otra moral.
En nuestro transitar de la vida sentimental o familiar,
tenemos miedo a tantas cosas, a veces infundadas,
pero siempre nos roza ese espinita del temor,
que uno tiene que poner fe, fortaleza y coraje
procurando sublimar con momentos de oración.
Algunas veces estamos temerosos y para vencer este temor necesitamos confiar y amar a Dios completamente. Primera de Juan 4:18 nos dice, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor
Siempre nos despertara un nuevo dia, adelante
Gracias
mary
Mi estimado Benjamín, querido poeta y Amigo, hallé gustoso de leer y enriquecedor a tu poema, mismo donde nos hablas del respeto a tu bandera, de nostalgias, y de temores que te acompañan. En mi humilde opinión, los temores resultan causas inconscientes de nuestros mayores obstáculos. Eso me lleva a inducir que quitarnos los miedos que nos acompañan quizás desde antes de nuestro advenimiento al mundo terrenal, querido cuate, será un logro de gran transcendencia en nuestro futuro, el cual no creo se limite a esta dimensión en la que estamos ahora mismo. Agradezco compartir. Abrazonrisas.
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