Nuestras Horas
No son mías estas horas,
son del alba,
de la loba voraz que te arremete,
enterrándote las uñas afiladas,
lamiendo las mieles de tu boca
para que pueda saborear su sabia.
No son mías estas horas,
son de la luna que espera desvelada,
palpando el lunar tibio de tu espalda.
Tampoco tuyas son.
Las quisieras para saciar
el deseo inmenso de ternura,
sofocando los latidos de tu pecho sobre el mío,
con la envidia del malvado elfo
que quisiera lastimarnos con su frio.
Van pasando estas horas,
y la luna está ruborizada,
brillando sobre el mar que nos separa,
gimiendo como gimen las estrellas
al verme deslizar sobre las sábanas.
Si, no es mío este tiempo,
soy yo la que se quiebra
navegando sutil sobre las aguas,
cargada de besos y caricias,
rozando tu piel enarbolada
con el latir de este cuerpo que se entrega
para abrir nuevos surcos en tu mente,
serrando las compuertas de tu alma.
Porque para ti he nacido.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Comentario
Donato, amigo, muchas gracias por tu lectura y motivadora presencia en mis versos, bendiciones luminosas, Amaralis
Me agrado muy bueno --
Muchísimas gracias mi querido y admirado amigo, bendiciones, Amaralis
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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