El tiempo
desvaneció las sonrisas
de nuestras bocas,
el rostro reflejaba dolor
en cada lágrima vertida
en el jarrón roto de la decepción,
cuando el amor se perdió
en una noche gris.
Sentí un fuerte dolor
en mi pecho
y el desprecio
llenó mi universo
de ira
y una
silente tristezas.
Entonces
mi mundo se cubrió
de tinieblas,
quitándome
la paz.
Y una nube oscura
dejó caer
una gota de celo en cámara lenta,
mojando mi rostro
y el mundo se vino abajo,
cuando la conversación
se tornó agria,
destrozando en mil pedazo los
hermosos recuerdos
que guardaba
en mi corazón.
Como ladrón en la noche,
el tiempo
se robó el amor,
el manto de quimeras
desapareció
y las noches de entrega
se tornaron efímeras
a causa de una discusión
que no valía la pena.
Mas tarde,
tus ojos se detuvieron
en mí cálida mirada,
sentí
la pasión que habitaba en mí,
ese instante fue mágico,
recorrí los valles del silencios
que emergen del dolor
al recordarte.
Y esa noche gris
una flor marchita
fue alimentada
con el amor
de una lágrima.
Autores:
Evaluna
& Santos M. González
Derechos reservados de autor
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