El amor me abandona
al caer el crepúsculo,
mis sueños culminaron
porque
entre ella y yo
inesperadamente
todo termino.
Me creí el hombre
más apasionado del mundo
y nunca le dije una palabra
que la hiciera afligir,
pero tampoco
le declamé un verso
en su oído,
que la hiciera sentirse
la mujer
más amada del mundo..
.
El amor se marchó
de prisa,
como una hoja seca
que vuela
con la
brisa del viento
en una noche triste...
El céfiro en su vuelo
nos arrastró en su vaivén
y como el vaho de nuestro amor
se evaporó,
dejando marchito mi rostro
como plétora convulsionada.
¡Oh, musa de mi vida!
si tuviera
una oportunidad
no la desperdiciaría
por nada del mundo,
tampoco volvería a derramar
mis lágrima
por su amor.
Mi sentir se agrieta,
mis razones de amarte
se marchitan
como una rosa
en el jardín perdido
por no decirte :
“Un simple te quiero”.
La noche arropó mi alma,
el desconsuelo
deambula en mi rostro,
y el asombro
camina hacia el horizonte,
en buscando de aquel
camino frecuentado
por nuestras suelas
gastadas.
Atrás quedaron los sueños
los anhelos,
y la felicidad
fue desterrada
al exilio,
en una
noche de lluvia.
Ahora cada cual caminará
por lados opuestos
en busca del sol
de madrugada…
Autor
Ma Gloria Carreón Zapata
& Santos M. González
Derechos reservados de autor
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