Uno debe tener un ánimo de invierno
para contemplar la escarcha y las ramas
de los pinos encostrados de nieve;
y haber estado helado mucho tiempo
para mirar los juníperos mechudos de hielo,
los pinabetos ásperos en el distante resplandor
del sol de enero; y no pensar
en ninguna miseria con el ruido del viento,
con el ruido de unas pocas hojas,
que es el ruido de la tierra
llena del mismo viento
que sopla en el mismo sitio vacío
para el oyente, que oye en la nieve,
y, nada él mismo, contempla
nada que no esté allí y la nada que está.
Wallace Stevens, incluido en Antología de la poesía norteamericana (Fundación editorial El perro y la rana, Venezuela, 2007, selec. de Ernesto Cardenal, trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal).
Nieve por aquí,
nieve por allá,
nieve por todas partes.
Frío panorama invernal,
ni duda cabe;
y hay que taparse
o se sucumbirá...
La Nieve es una delicia
o una desgracia;
todo depende en qué circunstancias
te encuentres con ella...
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