Soy Ronaldo, Señor. Soy, Laureano, Miguel, Águeda,
Bonifacio, Amanda,
soy un triste poeta en la calzada,
en la piedra ausente, negra sobre blanca,
denme pan y cebolla, denme la cena
en las entrañas.
Soy Jorge, Rosario,
suelo matar lo que amo de un bocado,
suelo comer insectos en esta insectidumbre,
trepar a los metros en una ciudad ajena,
simular el sexo en you tube o tocar la mandolina,
soy Emilia, soy Horacio, soy un niño de kinderg
que hace castillos y túneles y suampos,
soy el tigre, el sapo, la ardilla que salta
a la otra rama, la otra orilla,
el pájaro en la rama que se mece sin lluvia,
Octavio, Enriqueta, León Felipe,
el torpe don Quijote y el barbero,
soy el lento carretón de la Virginia,
el ciego tanteador de bibliotecas,
el centro delantero en la banqueta,
el portero de la escuela, su juego de llaves, su despensa.
Soy Nicolás, el negro, el indio que mataron,
el de la cruz, Gil Tablada,
el coronel que no tiene quien le escriba,
soy Tarzán, no tengo ropa,
solo zapatos rotos, solo una tanga
para salir a la playa con Verónica,
“no vengan a decirme: estás perdido”.
Suelo encontrar los versos desahuciados,
voy por ellos como el equilibrista y sudo,
¿adónde dejaste mi corbata para el vuelo?
De un nuevo libro inédito.
Derechos de autor protegidos por ley
Comentario
Gracias, CArmen Amaralis, por el calificativo para este poema, abrazos
Gracias, Benjamín, por tu lectura y tu apreciación, abrazos
Ronald, genial, Amaralis
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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