Ni un murmullo emerge

en esta noche silente,

porque ya mis manos,

dejaron de ser cómplices

del placer de tu vientre.

A mis ojos se le apagó la pasión

porque ya no atesoran,

la fortuna,

de tu cuerpo vehemente.

Se me cerró la vida

el día en que  dejé

de ser el esclavo

de tus sueños,

y de tu fuego celeste.

Todo lo que me quedó,

de tu amor,

es un ruido en el tiempo,

un rumor de olas muertas

y una profundad ansiedad

de miedos,

angustias

y destierros

de este suelo vacio,

donde ya no existen seres.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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