M a r i a c h i
¿Y si reencarnó y es un mariachi?
Un mariachi con una trompeta. Uno de los cientos de mariachis que afinan, que tocan, que esperan a sus clientes en la Plaza Garibaldi. Las cámaras turísticas retratándolo, captando y congelando el gesto de un músico que se queda con la trompeta levantada y el rostro confundido.
Tiene que repetir cada cierto tiempo ese gesto angustioso, sobre todo cuando recorre la calle donde ocurrió el accidente el 21 de mayo de 1955. Esa desazón.
“¿Por qué me duele la cabeza cuando paso por aquí? ¿por qué siento deseos de expresar tristeza al doblar esta esquina?”.
El mariachi amanecido, buscando el último taco antes de irse para la casa, la trompeta guardada en el estuche de cuero agrietado, con su interior de trapo verde billar. El mariachi sentado en el autobús donde los pasajeros de la madrugada dejan caer las cabezas hacia el respaldar del otro. Todos aprovechando para dormitar y él sin poder hacerlo porque en las arcillas recónditas de su memoria hierve un géiser incómodo.
Milagros Mata-Gil
(Mayo, 2023)
"Algo que escribí hace muchos años para Andrés Eloy Blanco"
(MMG)
Mariachis vemos
sus almas desconocemos;
el Mariachi es como el payaso
trabaja para hacer reír
pero, normalmente,
tienen una vida triste,
azarosa, plagada de dolor
y a veces de miedo;
no parecen lograr
tener el gozo
que comunican a su público
con sus canciones.
Tristes Mariachis.
Comentario
¡Los Mariachis como los Charros son un símbolo mexicano desde hace algunos siglos, amigo Críspulo Rufino; no te doy más información porque el cine mexicano se ha encargado de popularizar por todo el mundo lo que he mencionado; gracias y muy feliz jueves para todos!
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