MAR DE OLAS PESADAS

 

La quería tanto que silbaba,

Al no tener buen canto,

Alegres canciones en el vecindario.

 

Ávidos sus brazos, la esperaban con ansia,

 Desgajaba su cariño, al mirar su retrato,

Y un placentero espacio, para ella tenía.

 

Por las tardes, antes de que los radiantes rubíes se apagaran,

Ya cuando el horizonte, al astro Rey lentamente devoraba,

Sus pupilas de tierno y puro amor se dilataban.

 

Se robaba por las noches las más bellas estrellas,

Y las guardaba en un veliz de plateados alamares,

Y así iluminaba para ella, las más sublimes palabras.

 

Sembraba los campos de ternura en las mañanas,

Con semillas de aliñada serenidad y calma diamantina,

Cosechando agridulces deleites, caricias y armonía.

 

Le hizo ver las nubes como blancas pinceladas,

En un hermoso y metálico cielo azul,

Sin presagios de oscuras tormentas.

 

Se quedó atrás el mar de olas pesadas,

Altas bravas y difíciles de navegar,

Cruza ahora  su barca, las más tranquilas aguas,

 

Ya no eran sus sueños de sombras,

Ahora los sentía como algo real,

Sin tristezas ni melancolías.

 

Ya no estará ella tan sola en las auroras,

Anidó en su corazón, el ave de la alegría,

Alto motivo para disfrutar la vida.

 

Los dos dejaron los desiertos, por jardines floreados,

Y ahora quieren ser mejor, prisioneros del amor,

Y no eternos esclavos de alejados recuerdos.

 

Su felicidad, con alto grado de comprensión,

Los hace decir, que no tienen miedo de amar,

Lo que si temen, es dejar de tener amor.

 

 

J.Jesús Ibarra Rodríguez.

Der.Reserv.

 

Vistas: 150

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…