Llegaste una tarde sin pensarlo,
te sentaste a mi lado
y me cogiste de la mano
cuando el amor de mi vida
se había marchado.
No pude contener aquel dolor
era demasiado intenso,
la tarde lloraba con el sol
y en tus ojos,
se dibujaban un triste adiós.
Aun deseaba un rayo de esperanza,
y que me dijeras: “Quédate conmigo”.
para demostrarte el amor que resurge
de nuevo en mí...
Pero tus ojos habían perdido el brillo
causado por la aflicción en tu mirada,
mis mejillas acariciaron
de nuevo tu rosto
y sentí que atiné el tiempo cruel
aferrada a tus manos
y te rogué "no te vayas, amor"…
Autores: Maria Andrea SQuetino & Santos M. González
Cantante Argentina y Poeta de Puerto Rico
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