El Santo Rosario (del latín rosarium «rosal») es un rezo tradicional católico, que conmemora veinte "misterios" de la vida de Jesucristo y de la Virgen María, recitando después de cada uno un Padre nuestro, diez Ave María y un gloria.
También se llama "rosario" a la sarta de cuentas que se utiliza para rezar el Santo Rosario. Las cuentas están separadas cada diez por otras de distinto tamaño y la sarta está unida por sus dos extremos a una cruz.
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El cristianismo se ha alimentado y ha adoptado como propios muchos elementos de otras religiones y culturas. El rosario originalmente viene de la India, de un artefacto similar usado hace miles de años para recitar mantras llamado japa mala que consta de 108 cuentas. En el Islam también se usa algo parecido -no sobra decir que tomado del hinduismo- llamado tasbih.
El rosario comenzó a utilizarse en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se suelen recitar los 150 salmos en la Liturgia de las Horas, pero a los fieles que no eran sacerdotes ni monjes, al no poder seguir esta devoción (porque en su mayoría no sabía leer) se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 avemarías. Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen".
Su popularidad y desarrollo se dio en el s. XIII, cuando surgió el movimiento albigense. Ante los enfrentamientos entre católicos romanos y albigenses, Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Predicadores (más conocidos como dominicos), parece haber promovido en sus misiones el rezo de una forma primitiva del rosario. Al ser los dominicos una orden de predicadores y estar siempre en medio del pueblo, su devoción se hizo popular, generando la aparición de cofradías y grupos de devotos por doquier, junto con relatos de milagros que acrecentaron su fama. Aunque la devoción decayó durante el siglo XIV, la orden de los Predicadores siguió fomentándola.
El beato Alano de la Rupe fue el encargado de hacerla resurgir, tarea seguida por Jacobo Sprenger, prior del convento de los dominicos en Colonia (Alemania). Para el siglo XVI ya estaba con su forma manejada hoy: Contemplación de los "misterios", Credo, Padre nuestro y Ave María como oraciones principales y las cuentas o granos como medio de llevar la oración.
Sobre el Avemaría es preciso señalar que la segunda mitad de la oración fue añadida a la primera en el siglo XIV, pero su uso se hizo universal cuando el papa Pío V promulgó el Breviario Romano y mandó que se rezase al principio de cada hora del Oficio Divino, después del Padre nuestro.
Fue la batalla de Lepanto la que causó que la iglesia católica le diera una fiesta anual al rezo del rosario, ya que el papa Pío V atribuyó la victoria de los cristianos sobre los turcos a la intercesión de la Virgen María mediante el rezo del rosario. La fiesta fue instituida el 7 de octubre. Primero se la llamó "Nuestra Señora de las Victorias", pero el papa Gregorio XIII la cambió por la fiesta de "Nuestra Señora del Rosario".
Un fenómeno muy importante en torno a esta devoción fue el de los rosarios públicos o callejeros, que surgieron en Sevilla en 1690 y se extendieron muy pronto por España y sus colonias americanas. Eran cortejos precedidos por una cruz y que constaba de faroles de mano y asta para alumbrar los coros y estaban presididos por la insignia mariana denominada Simpecado. Fue la principal referencia de la devoción y en Sevilla llegó a haber en el siglo XVIII más de 150 cortejos que diariamente hacían su estación por las calles rezando y cantando las avemarías y los Misterios. Los domingos y festivos salían de madrugada o a la aurora. Al principio eran masculinos, pero ya en el primer tercio del XVIII aparecieron los primeros Rosarios de mujeres que salían los festivos por la tarde.
En Fátima (Portugal), en 1917, un grupo de niños alegó haber experimentado una aparición de la Virgen María, quien les habría revelado que cada vez que se reza un Ave María es como si se le ofreciera una rosa, de tal suerte que cada rosario completo sería una corona de rosas (concepto que había sido mencionado tiempo atrás por Luis María Grignion de Montfort en su obra Secreto admirable del Santo Rosario).
El 16 de octubre de 2002, el papa Juan Pablo II promulgó la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que aprobó que se añadieran cinco nuevos Misterios al rosario, los misterios luminosos. La introducción de estos Misterios ha sido la única reforma sustancial en este rezo después de varios siglos.
La corona del rosario (o camándula, como se le conoce en algunos países) está formada por 50 cuentas en grupos de 10 (conocidos como "decenas"), con un grano más grueso entre cada década. Cinco cuentas más forman un colgante que une la cruz a las décadas mediante una medalla. Estas cinco cuentas pudieran simbolizar las Llagas de Cristo y se utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes y/o después de los misterios. Se conocen rosarios de 150 cuentas que corresponden con su origen del salterio monacal. Para fabricar las cuentas se utilizaban semillas de caoba o incluso perlas reales, pero en la actualidad se fabrican de materiales artificiales. En el pasado eran comunes los rosarios hechos con huesos de olivo, algunos de los cuales se creía que eran fabricados con los olivos del huerto de Getsemaní.
Tradicionalmente se recitaban 15 decenas, número que fue aumentado a 20 con la inclusión en el año 2002 de los "misterios" luminosos. Cada una, como ya se mencionó anteriormente, corresponde a uno de los "misterios" de la Redención.
Al parecer procede del tasbih musulmán, introducido en Europa por los cruzados, que a su vez tiene su origen en la India. Una bula del papa Pío V, escrita en 1569, afirma que fue santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de Predicadores, quien introdujo el rosario en el mundo cristiano en el año 1221.
Tradicionalmente, el Rosario estaba dedicado a una de las tres series de "misterios", que debían ser recitados secuencialmente, uno por cada noche. Sin embargo, en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae del Papa Juan Pablo II, publicada el 16 de octubre de 2002, fue introducida una nueva serie de "misterios", los luminosos.
Cada serie de misterios comprende cinco temas distintos para la meditación, cada uno de los cuales es un momento de la vida de Jesús y de la Virgen, su Madre.
(Jueves)o d
(miércoles y domingo)
[[Archivo:Finger rosary.svg|thumb|210px|right|Rosario de dedo 1 , conocido como Decenario, aro metálico con diez bolos y una cru El Santo Rosario se reza comenzando por la Señal de la Cruz completa (los fieles se persignan):
Latín | Español | |
Per Signum Crucis, de inimicis nostris liberanos, Deus noster. In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen. | Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. |
Aunque no es usual, en alguna tradición ascética se prepara la oración y meditación del rosario con una purificación espiritual inicial, rezando el acto de contricción y la alabanza a la Trinidad, el gloria. Se prosigue luego con los misterios del día. Cada misterio incluye la contemplación del misterio (unos segundos de silencio después de enunciarlo, para poder meditar sobre él mientras se ora), un padrenuestro, diez avemarías y un gloria. Después del gloria se reza, habitualmente, una oración pidiendo protección a la Vírgen María, por ejemplo:
Latín | Español | |
Maria, Mater Gratiae, Mater Misericordiae, defende nos ab inimicis nostris et protege nos, nunc et in hora mortis nostrae. Amen. | "María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia: ...Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén" (O, más actual,: "...En la vida y en la muerte, ampáranos gran Señora. Amén". |
Se le atribuye a Nuestra Señora de Fátima la recomendación especial de recitar luego de cada gloria la jaculatoria:
¡Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
Al terminar el quinto misterio se reza la doxología trinitaria: tres avemarías para proclamar la triple relación de María con la Santísima Trinidad. Lo habitual es añadir, tras las dos primeras palabras de cada avemaría las expresiones:
Latín | Español | |
Filia Dei Patris. | Hija de Dios Padre. | |
Mater Dei Filii. | Madre de Dios Hijo. | |
Sponsa Dei Spiritus Sancti. | Esposa de Dios Espíritu Santo. |
En otras tradiciones hispánicas e hispanoamericanas, antes de comenzar cada avemaría, se entona una de las siguientes expresiones: «Virgen María antes del parto» (como hija de Dios Padre), «Virgen María durante el parto» (como madre milagrosa de Dios Hijo), «Virgen María después del parto» (como esposa de Dios Espiritu Santo).
Opcionalmente, aunque se sigue por tradición y es lo más habitual, se finaliza con la recitación de las letanías lauretanas, un trisagio y la entonación final de una Salve.
El trisagio final, antes de la Salve y después de las letanías, es una oración de preces, que se hacen sucesivamente «Por las necesidades de la Iglesia y del Estado», «Por el Papa, los obispos y resto del clero», «Por los fieles difuntos», e incluye el rezo de un padrenuestro, un avemaría y un gloria, salvo el último de los gloria, que se sustituye por la expresión Requiescant in pace. Amen 'Descansen en paz. Amén'.
Existen, además, diversos modos de rezarlo que varían según la forma de meditación, las oraciones que se añaden al rezarlo y hasta la motivación de la oración misma. Así existe el «rosario misionero», el «rosario de las familias», entre otras.
A quienes recen devotamente el Santo Rosario, la Virgen María promete cumplir lo que se conoce como las 15 promesas, dadas a conocer, a Santo Domingo y al beato Alano de Rupe durante una aparición mariana. [1]
BENDICIONES DEL ROSARIO
1. Los pecadores obtienen el perdón. 2. Las almas sedientas se sacian. 3. Los que están atados ven sus lazos desechos. 4. Los que lloran hallan alegría. 5. Los que son tentados hallan tranquilidad. 6. Los pobres son socorridos. 7. Los religiosos son reformados. 8. Los ignorantes son instruidos. 9. Los vivos triunfan sobre la vanidad. 10. Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios.
LOS BENEFICIOS DEL ROSARIO
1. Nos otorga gradualmente un conocimiento completo de Jesucristo. 2. Purifica nuestras almas, lavando nuestras culpas. 3. Nos da la victoria sobre nuestros enemigos. 4. Nos facilita practicar la virtud. 5. Nos enciende el amor a Nuestro Señor. 6. Nos enriquece con gracias y méritos. 7. Nos provee con lo necesario para pagar nuestras deudas a Dios y a nuestros familiares cercanos, y finalmente, se obtiene toda clase de gracia de nuestro Dios todopoderoso.
No es amuleto, es nuestro distintivo....
Estoy seguro de que todos conocemos esta bella oración que es el Santo Rosario.
Una leyenda cuenta que un Hermano Lego (que no era sacerdote) de la Orden de los Dominicos, no sabía leer ni escribir, por lo que no podía leer los Salmos, como era la costumbre en los conventos de la época.
Entonces, cuando terminaba sus labores por la noche (él era el portero, el barrendero, el hortelano, etc...) se iba a la capilla del convento y se hincaba frente a la imágen de la Virgen María, y recitaba 150 avemarías (el número de los salmos), luego se retiraba a su celda a dormir.
Por la mañana, de madrugada, se levantaba antes que todos sus hermanos y se dirigía a la capilla para repetir su costumbre de saludar a la Virgen.
El Hermano Superior notaba que todos los días, cuando él llegaba a la capilla para celebrar las oraciones de la mañana con todos los monjes, había un exquisito olor a rosas recién cortadas
y le dió curiosidad, por lo que preguntó a todos quién se encargaba de adornar el altar de la Virgen tan bellamente, a lo que la respuesta fué que ninguno lo hacía, y los rosales del jardín no se notaban faltos de sus flores.
El Hermano lego enfermó de gravedad; los demás monjes
notaron que el altar de la Virgen no tenía las rosas acostumbradas, y dedujeron que era el Hermano quien ponía las rosas. ¿Pero cómo? Nadie le había visto nunca salir del convento, ni sabía que comprara las bellas rosas.
Una mañana les extrañó que se había levantado pero no lo hallaban por ninguna parte.
Al fin, se reunieron en la capilla, y cada monje que entraba quedaba asombrado, pues el hermano lego estaba arrodillado frente a la imágen de la Virgen, recitando extasiado sus avemarías, y a cada una que dirigía a la Señora, una rosa aparecía en los floreros. Así al terminar sus 150 saludos, cayó muerto a los pies de la Virgen.
Con el correr de los años, Santo Domingo de Guzmán, (se dice que por revelación de la Stma. Virgen) dividió las 150 avemarías en tres grupos de 50, y los asoció a la meditación de la Biblia: Los Misterior Gozosos, los Misterios Dolorosos y los Misterios Gloriosos, a los cuales el Beato Juan Pablo II añadió los Misterios Luminosos.
CARGUEN SU ROSARIO TODOS LOS DIAS
Cuando cargas tu Rosario, es un dolor de cabeza para Satanás
Cuando usas tu Rosario, Satanás colapsa
Cuando él te ve rezando el Rosario, se desvanece.
Vamos a Rezar el Rosario cada vez, de manera de mantenerlo desvanecido.
Tu sabias que cuando trates de re-enviar este mensaje, Satanás va a tratar de desanimarte?
Re-envía este mensaje y ayuda a acelerar el triunfo de La Virgen Maria!
Envía esto a tus amigos y companeros de oración y ve cómo trabaja el Espíritu Santo
Es mucho lo que puedes ganar y absolutamente nada lo que puedes perder!!
¡¡¡Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar a donde tu esperas que llegue...!!!
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