La pobreza y la riqueza
Un día la riqueza, a la pobreza
por casualidad encontró.
La riqueza estaba vestida de soledad
y la pobreza de humildad.
Sentadas la una al lado de la otra
se miraron y conversaron.
La riqueza no sabía nada sobre la
humildad,
y la pobreza con un poco de talento
se dio cuenta que la riqueza por dentro
sentía tristeza y soledad.
La miro y le sonrió y con pocas
palabras la conquistó y su rostro
se ilumino.
Era tanta la soledad que la riqueza
sentía, que al final a la pobreza le
sonrió y en un instante la riqueza sintió
que en su interior la amistad para con
la pobreza como una flor en su
interior floreció.
La riqueza prisionera por la soledad
y la pobreza segura, libre y airosa,
aunque lejos se encontrara, a ella
con su recitar se acercaba,
y poco a poco hizo que la riqueza
despojara la soledad.
Un mundo de muchos colores le pintó,
con sus versos la arrulló,
a su corazón vida le dio
y así la riqueza su orgullo
a un lado dejó.
Belleza, virtud y sabiduría
la riqueza en la pobreza encontró.
Su mejor compañera se volvió.
La pobreza con sus pláticas
el mundo con ella recorrió.
Maravillosos momentos junto
con ella pasó.
La pobreza mucho le enseñó
y nunca más la riqueza sola
se sintió.
La pobreza le compartió lo que
ella con mucho empeño cultivó.
Teodora E. León Salmón
30/5/22
D.R
Comentario
Muchas gracias María Inés por su comentario a mi poema.
Saludos cordiales
Teodora
Precioso texto poético nos compartes, Teodora, lo que se agradece.
Comparto con mucho placer el destacado de mi compañera de tareas, Silvana.
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