Los hijos del saber bajo el cielo,

aprendieron a dejar de pensar,

en sus miedos,desgracias y pesares,

y ser felices.

No ser la quinta rueda del carro,

y no quedarse en el olvido,

y si crear belleza inspirados por Dios,

un don humano.

Aprendieron a probar la dulce miel,

y llegar a la frontera imposible,

a tener una conciencia intima,

sin malos tragos.

Curan contra venenos de la vida,

salieron por la puerta de la jaula,

son tragaluz en la oscuridad,

buena fuerza.

Evitaron la cama del enfermo,

para no caer en ella estando sanos,

y no hacer aburrida su existencia,

purificados.

Sus pensamientos son alimentos,

del alma,agua energía y sustento,

gratos colores guarda en su memoria,

Nos iluminan.

Ya saben para que lado corre el río,

y del poder divino de la palabra,

caminan con el viento fresco,

nos hacen el bien.

Disfrutan un hermoso atardecer,

con destellos de oro y tono violáceo,

capaces de mirar hasta el alma,

seres creativos.

No se guisan en la misma cazuela,

superan vergüenzas y burlas,

no dicen no me va ni me viene,

son mentes libres.

No cubren con cristales de hielo,

las palabras útiles olvidadas,

su fe les ayuda contra los males,

evitan errores.

No son frágiles como gelatina,

son solidos como el acero,

templados en tormentas y fuego,

son los hombres.

J.JESÚS IBARRA RODRÍGUEZ.

DERECHOS RESERVADOS.

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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