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LA QUÍMICA FORENCE Y LA JUSTICIA
LA QUÍMICA FORENCE Y LA JUSTICIA
Acaban de declararlo culpable de todos los cargos. La espera por la deliberación para el veredicto fue un proceso largo, tan largo que ya resultaba desesperante. Los noticieros en la televisión describían con lujo de detalles lo que fue aconteciendo por casi tres semanas de juicio. Los cargos eran tan complicados.
Una joven fue secuestrada, abofeteada por su amante boxeador, este le inyectó morfina, junto a un cómplice la amaró con alambres y la lanzaron a un rio. Cuando cayó al agua, el cómplice del criminal también disparó al cuerpo flotante para asegurar que estuviera muerta.
Según confesó el cómplice, quien se hizo testigo del pueblo, el boxeador quería que la joven abortara el hijo que esperaba de él. No quería que su esposa se enterara, aunque según se describió en los testimonios no era la primera vez que el criminal hacía de esas fechorías.
Desfilaron como testigos del fiscal y también de los abogados defensores, muchas personas, unas contradecían los testimonios de las otras. Era todo tan confuso que no se podía predecir si se determinaría culpabilidad o inocencia.
Pero la justicia se pudo lograr con una simple determinación de ADN que se le hizo al feto del vientre de la víctima, ya que por las grabaciones de una serie de llamadas telefónicas entre la víctima y el victimario se desprendía que la joven estaba embarazada del boxeador.
Los testimonios pueden ser falsos, las evidencias de fotografías pueden ser alteradas, las llamadas telefónicas pueden ser confusas, pero la evidencia científica de un análisis de ADN a un feto siempre dirá la verdad, era su hijo.
En el crimen horrendo de esa joven golpeada, endrogada, lanzada con su vientre hinchado de una vida en gestación, tiroteada luego de lanzarla a un rio, la evidencia de una prueba del ADN de su feto pudo más que los testigos comprados y las alteraciones de pruebas físicas.
Con el veredicto de culpabilidad se hizo justicia. Los detalles del juicio, aunque parecieron largos, fueron una academia para todos, fueron un ejemplo de que se puede lograr con una prueba bioquímica determinar quien decía la verdad.
La alegría de la madre por el veredicto de culpabilidad trayendo justicia ante la muerte de la joven asesinada se mezcló con el dolor y el llanto de la madre del victimario, que no podía creer que su hijo amado fuera capaz de tales atrocidades. Y nosotros los espectadores de tal crimen no sabemos si alegrarnos o llorar por el dolor de esas dos madres. La vida puede ser muy complicada.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Acaban de declararlo culpable de todos los cargos. La espera por la deliberación para el veredicto fue un proceso largo, tan largo que ya resultaba desesperante. Los noticieros en la televisión describían con lujo de detalles lo que fue aconteciendo por casi tres semanas de juicio. Los cargos eran tan complicados.
Una joven fue secuestrada, abofeteada por su amante boxeador, este le inyectó morfina, junto a un cómplice la amaró con alambres y la lanzaron a un rio. Cuando cayó al agua, el cómplice del criminal también disparó al cuerpo flotante para asegurar que estuviera muerta.
Según confesó el cómplice, quien se hizo testigo del pueblo, el boxeador quería que la joven abortara el hijo que esperaba de él. No quería que su esposa se enterara, aunque según se describió en los testimonios no era la primera vez que el criminal hacía de esas fechorías.
Desfilaron como testigos del fiscal y también de los abogados defensores, muchas personas, unas contradecían los testimonios de las otras. Era todo tan confuso que no se podía predecir si se determinaría culpabilidad o inocencia.
Pero la justicia se pudo lograr con una simple determinación de ADN que se le hizo al feto del vientre de la víctima, ya que por las grabaciones de una serie de llamadas telefónicas entre la víctima y el victimario se desprendía que la joven estaba embarazada del boxeador.
Los testimonios pueden ser falsos, las evidencias de fotografías pueden ser alteradas, las llamadas telefónicas pueden ser confusas, pero la evidencia científica de un análisis de ADN a un feto siempre dirá la verdad, era su hijo.
En el crimen horrendo de esa joven golpeada, endrogada, lanzada con su vientre hinchado de una vida en gestación, tiroteada luego de lanzarla a un rio, la evidencia de una prueba del ADN de su feto pudo más que los testigos comprados y las alteraciones de pruebas físicas.
Con el veredicto de culpabilidad se hizo justicia. Los detalles del juicio, aunque parecieron largos, fueron una academia para todos, fueron un ejemplo de que se puede lograr con una prueba bioquímica determinar quien decía la verdad.
La alegría de la madre por el veredicto de culpabilidad trayendo justicia ante la muerte de la joven asesinada se mezcló con el dolor y el llanto de la madre del victimario, que no podía creer que su hijo amado fuera capaz de tales atrocidades. Y nosotros los espectadores de tal crimen no sabemos si alegrarnos o llorar por el dolor de esas dos madres. La vida puede ser muy complicada.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Comentario
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Comentario de Carmen Amaralis Vega Olivencia el agosto 11, 2023 a las 2:41pm
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Mi muy estimado amigo, gracias mil por su constante motivacipon, bendiciones, Amaralis
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Delia Pilar, muchas gracias por tu presencia en mis letras y tu valioso DESTACADO, bendiciones, Amaralis
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ADMINISTRADOR Comentario de Delia Pilar el agosto 2, 2023 a las 5:37pm -
Muy buen relato, impregnado de dolor pero
es importante que al final se haya impartido justicia
y que la verdad haya salido a la luz.
Gracias, Amaralis.
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